Las plantas de interior pueden alegrar cualquier espacio. Brindan toques de color, hacen que las habitaciones se vean más serenas y, a menudo, requieren un mantenimiento relativamente bajo. Cuando se trata del cuidado de las plantas, la mayoría de las personas terminan regándolas y terminando el día. Si bien ese es ciertamente un paso necesario para mantenerlas con vida, muchos propietarios de plantas se están perdiendo un paso crítico:deben limpiar realmente sus plantas de interior.
Los estudios han demostrado que si no limpia sus plantas con regularidad, podría estar deshaciendo todo ese otro trabajo para ayudarlas a crecer. Cuando el polvo y otros desechos se depositan en las hojas de una planta, terminan dificultando que se someta a la fotosíntesis, donde recolecta luz y la convierte en energía. Además, nunca se sabe qué tipo de productos químicos, compuestos, contaminantes e irritantes pueden circular por su hogar y terminar en esas hojas, posiblemente transmitiendo una infección bacteriana, viral o fúngica a su planta.
Afortunadamente, mantener limpias las plantas de interior no tiene por qué convertirse en una tarea enorme; solo requiere un poco de mantenimiento regular. Cada semana o dos, tome una toalla de papel humedecida o un paño de microfibra y barra rápidamente todas las hojas para quitar el polvo al azar. Esta rutina se puede agrupar fácilmente con su riego regular.