La cadena de distribución es una de las piezas más importantes de un vehículo, dado que se encarga principalmente de sincronizar el movimiento de las demás piezas del motor, con la finalidad de que el propulsor funcione adecuadamente y el automóvil pueda moverse. Pero ¿qué pasa si se rompe la correa de distribución en marcha? A continuación, en unCOMO, te damos las claves para que sepas cuáles son las causas que pueden provocar la rotura, cómo puedes prevenirlo y, sobre todo, qué hay que hacer en caso de que se rompa la correa de distribución, dado que supone una de las reparaciones más costosas de cualquier vehículo. ¡Toma nota!
Qué es la correa de distribución
Antes de ver qué pasa si se rompe la correa de distribución, es importante saber qué es y qué función realiza esta fundamental pieza mecánica.
Se trata de una pieza básica de cualquier motor. Su repercusión es elevada, dado que, si falla, puede afectar a todos los demás elementos que dependen de ella. La correa se ubica en la zona de distribución del motor, de ahí su nombre completo. Su función principal es la de garantizar que el movimiento de válvulas, pistones y la bomba de agua del motor esté sincronizado. Gracias a ella, se alcanza la armonía necesaria entre las piezas para que el motor o propulsor funcione adecuadamente y, por ende, el vehículo también.
Qué pasa si se rompe la correa de distribución
El desgaste, la falta de mantenimiento o un problema mecánico, entre otras causas, pueden provocar que la cadena de distribución se rompa repentinamente, incluso cuando el vehículo está en marcha.
En los casos en los que la correa se rompe o se corta inesperadamente, el motor pierde su sincronización. Es decir, los pistones golpean repetidamente las válvulas, lo cual puede provocar que se doblen o que se rompan totalmente. Asimismo, los pistones, dado su choque continuado, también pueden quedar seriamente dañados.
La rotura de la correara de distribución puede ser el preludio de una muerte prematura de muchos motores. Por ello, es muy importante mantener el coche siempre en buen estado, realizarle revisiones periódicas y detectar si la correa de distribución presenta síntomas anómalos, a fin de evitar un desastre mayor.
Por qué se rompe la correa de distribución
La rotura de la correa de distribución puede tener diversos orígenes:
- Desgaste de la correa: como todos los elementos de un vehículo, el uso y el paso del tiempo pueden acabar desgastando la correa de distribución. Por ello, es importante realizar revisiones periódicas y atender a los kilómetros que ha hecho tu vehículo para anticiparte y cambiar la cadena antes de que se rompa. El tiempo de vida de una correa de distribución dependerá del vehículo, del modelo y del fabricante. Consulta los límites que se han puesto para esta pieza y anticípate a cambiarla.
- Conducción y velocidad: la manera de conducir tiene mucho que ver con el cuidado de nuestro automóvil y su garantía de vida. En este caso, la conducción por ciudad o conducir a velocidades muy altas pueden ser otros de los motivos que lleven a que la correa de distribución se rompa.
- Suciedad y polvo: conducir siempre por zonas con suciedad o polvo es igualmente peligroso, dado que estas partículas pueden acumularse en el motor y acabar provocando complicaciones en el funcionamiento de la correa de distribución.
En definitiva, un problema mecánico puntual, la falta de mantenimiento de la correa o el desgaste por el uso de la misma pueden ocasionar que esta se rompa de manera repentina.
Consejos y prevención – preguntas más frecuentes
Para evitar que la correa de distribución se rompa en marcha, es importante prevenir este desastre. Para ello, es necesario prestar atención a las garantías y límites de cada fabricante, llevar tu vehículo a revisiones mecánicas periódicas y vigilar con la conducción, entre otros. A continuación, te respondemos a las preguntas más frecuentes que te permitirán prevenir el problema.
Cuándo cambiar la correa de distribución
No existe límite de tiempo ni de kilómetros concretos. La duración de una correa de distribución depende del tipo de motor y de las características del vehículo al que da servicio. No obstante, como regla general, se calcula que la vida de una correa oscila entre los 60.000 y los 160.000 km, por lo que el cambio de la pieza debería realizarse cada 5 o 7 años, aproximadamente.
Encontrarás más información en este otro artículo sobre Cuándo cambiar la correa de distribución.
Cómo saber si la correa de distribución está desgastada
Existen algunos síntomas o indicadores que te ayudarán a saber si la pieza está desgastada y es más susceptible a la rotura. En este sentido, debes prestar atención a si el tubo de escape expulsa humo de manera excesiva, si el quilometraje del vehículo es excesivo y arranca con dificultad o si el motor vibra o el automóvil tiembla durante la conducción. Asimismo, si se observan grietas, sequedad en la goma, deformidad en los dientes de la correa o falta de tensión, es importante acudir al mecánico a fin de realizar el cambio de antemano.
Cambiar una correa de distribución rota es una de las averías más caras de la mecánica. Si no quieres que tu coche quede parado en plena marcha o que se añadan complicaciones a la rotura, mantén tu vehículo en buen estado y adelántate al problema junto con tu mecánico.
Ahora que ya sabes qué pasa si se rompe la correa de distribución en marcha, puede que también te interese este otro artículo sobre Cómo se rompe la correa de distribución.