El acoso solía ser bastante sencillo. Un niño (o niños) se unió a otros niños, gritándoles burlas, empujándolos o robándoles sus cosas. Pero eso requirió agresión bruta real, y la mayoría de los niños no estaban preparados para reunir ese nivel de crueldad cara a cara. Luego llegó Internet y muchos niños con menos poder físico obtuvieron respuesta a sus "oraciones":podían ser despreciablemente maliciosos con sus compañeros de clase y compañeros con aparente anonimato e impunidad.
Este nuevo estilo de intimidación a menudo se considera más intimidante que la violencia física. Los preadolescentes y los adolescentes (las víctimas más comunes del acoso cibernético) ya no pueden dejar a sus acosadores en la escuela. Los acosadores cibernéticos pueden seguirlos a casa; pueden entrar en sus guaridas y dormitorios. Ya se trate de mensajes de texto hostigadores, rumores en salas de chat, envíos masivos de correos electrónicos vergonzosos, encuestas en línea hirientes o cargas de fotos incriminatorias, los acosadores cibernéticos tienen mucho más en su arsenal, y pueden llegar a un público mucho más amplio, que los acosadores de años pasados.
Si sospecha que el acoso cibernético podría convertirse en un problema en su hogar, tiene varias estrategias disponibles para ayudar a sus hijos a lidiar con él. Lo primero que necesitas es información.
Contenido- Supervisar el uso electrónico
- Educar en consecuencia
- Modificar configuración
- Recolectar evidencia
- Informar infracciones
5:Supervisar el uso electrónico
Para hacer frente al ciberacoso, hay que saber si se está produciendo o no. Es importante que sus hijos adolescentes confíen en usted y estén dispuestos a acudir a usted si hay algún problema. Cuando lo hagan, querrás lograr un equilibrio entre reaccionar de forma exagerada y reaccionar de forma insuficiente cuando escuches las noticias.
Pero si sus adolescentes no son muy comunicativos sobre sus actividades en línea y sospecha que algo está pasando, es posible que deba hacer un poco de trabajo preliminar para averiguar si hay un problema, por ejemplo, comprando un software de monitoreo. Para proteger a sus hijos de los acosadores cibernéticos, es importante estar al tanto de las tecnologías que usan, cuánto las usan y con quién las usan.
Cuando se trata de Facebook, es una buena idea tener a sus hijos como "amigo" para que pueda ver lo que están publicando y lo que otras personas están publicando sobre ellos. Si puede, pídales también algunas de sus contraseñas, para que pueda vigilar sus comunicaciones en línea, como mensajes instantáneos y correos electrónicos. Establezca límites sobre cuánto pueden usar Internet y otros dispositivos electrónicos:los estudios han demostrado que cuanto más tiempo pasan los adolescentes en línea, más probabilidades hay de que sean víctimas del acoso cibernético.
4:Educar en consecuencia
Para proporcionar menos forraje para los acosadores cibernéticos, eduque a sus hijos sobre la importancia de mantener el decoro y la privacidad tanto en línea como fuera de línea. Si ya hay un acosador cibernético acosando a sus hijos, también deberá enseñarles cómo manejarlo. La mejor estrategia en muchos casos es ignorar el acoso, o al menos no reaccionar ante él. Si bien no siempre es fácil, el simple hecho de eliminar las comunicaciones hirientes o evitar detenerse en ellas a menudo puede ayudar a disminuir el entusiasmo del acosador cibernético por continuar. También puede considerar acercarse a los padres de los acosadores cibernéticos (si sabe quiénes son) para ver si están dispuestos a intervenir.
Si sospecha que su hijo es el que está acosando cibernéticamente (los adolescentes a menudo alternan entre el acosador y el acosado), explíquele lo mal que probablemente se sienta la víctima. Además, enfatice cómo el acoso cibernético no es divertido ni inofensivo, y cómo sus acciones negativas pueden tener consecuencias graves.
3:Modificar configuración
¿Quiere que extraños le envíen mensajes inapropiados a su hija adolescente? No lo creo.No desea que los extraños puedan comunicarse con sus hijos. Por lo tanto, aconseje a sus hijos adolescentes que modifiquen su configuración de privacidad para restringir quién puede ver información sobre ellos en línea, especialmente en sitios de redes sociales como Facebook. Además, esfuércese por limitar el grado de búsqueda de su información personal, porque cuanto menos ciberacosadores potenciales puedan acceder a ella y explotarla, mejor.
También puede bloquear o cortar las líneas de comunicación entre un acosador cibernético existente y sus hijos haciendo que tomen medidas como cambiar sus direcciones de correo electrónico, números de teléfono y otras formas de presencia en línea. Recuérdeles que nunca compartan sus contraseñas ni permanezcan conectados a sitios cuando no estén en sus computadoras.
2:recopilar pruebas
¿No le gusta lo que encuentra en la computadora de su hijo? Considere hacer una copia para guardarla en caso de que la situación se agrave.Si comienza a parecer que el acoso cibernético podría ser grave, tal vez su hijo se haya desanimado, deprimido o haya sido amenazado físicamente, entonces es importante archivar e imprimir cualquier evidencia que pueda tener.
Ya sean mensajes de texto, correos electrónicos o capturas de pantalla de publicaciones en el muro, documente cualquier incidente de ciberacoso para tener un registro confiable. Asegúrese de estar al tanto de las fechas y horas de los diferentes eventos. Necesitará las pruebas que recopile si planea acudir a las autoridades para respaldar su caso.
1:Reportar violaciones
No todo el acoso cibernético está penado por la ley, pero si el acoso se intensifica más allá de lo que cree que es aceptable, comuníquese con el departamento de policía local o con la oficina del FBI más cercana. Pueden ayudarlo o indicarle una agencia de aplicación de la ley adecuada. Esto es especialmente cierto si el acoso cibernético involucra acciones como robo de contraseña, robo de identidad o amenazas de violencia física o sexual.
También puede comunicarse con la escuela de su hijo. Los consejeros de orientación y otros pueden ayudar, aunque no siempre disciplinando directamente a un acosador cibernético si actúa fuera del campus. Pueden educar a los estudiantes sobre los daños del ciberacoso, modificar sus políticas de uso aceptable para incluir cláusulas de castigo aplicables y estar atentos al acoso en el campus. Finalmente, puede cortar las líneas de comunicación de un acosador presentando quejas con proveedores de servicios de Internet (ISP) o moderadores de sitios web que a menudo tienen el poder de suspender o prohibir a los ciberacosadores.