Nuestro organismo se mantiene hidratado gracias a los alimentos y a los líquidos, pero de entre todos ellos el más importante y enriquecedor es el agua. El 65% del organismo de una persona adulta está compuesto por agua, en cambio este porcentaje varía en el bebé, siendo un 80%. Esta variación se debe a que los niños pierden muchos líquidos con la orina, el sudor o la fiebre entre otros hechos que pueden provocarle una deshidratación. En unComo.com te explicamos cómo saber si un bebé está deshidratado, para que puedas actuar lo antes posible.
Las funciones del agua
El agua nos ayuda a digerir y a absorber los alimentos, a la vez que ayuda a eliminar los productos de desecho de nuestro organismo.
Nos ayuda a mantener constante la temperatura corporal.
Forma parte de una especie de tela-almohadilla que protege el cerebro, la médula espinal, los músculos y las vísceras.
Lubrifica las articulaciones y los tejidos del cuerpo con lo que se obtiene un mejor funcionamiento.
Signos de alarma de deshidratación en un niño
Cuando el niño orina poco o no orina.
La piel y los labios del niño presentan un color gris.
Si tiene la boca y la lengua secas.
Si está muy cansado y ese no es su estado de ánimo habitual.
Presenta los ojos hundidos.
¿Qué hacer?
Ante este cuadro es muy importante consultar enseguida a un especialista, la deshidratación en los bebés avanza rápidamente pudiendo, en casos más severos, poner en riesgo su vida.