A todos nos afecta en mayor o menor medida el calor del verano, pero uno de los grupos más perjudicados por las altas temperaturas son los menores de 4 años. Los recién nacidos no regulan bien la temperatura y los que son algo más mayores tienden a sentir el mismo calor de los adultos sin acabar de gestionarlo bien. Si quieres evitar que las altas temperaturas se conviertan en un peligro para los más pequeños, no dejes de leer el siguiente artículo de unComo.com. En esta ocasión, te explicamos cómo afecta el calor a los bebés y cuáles son las mejores medidas y prevenciones que puedes tomar para que el verano no se convierta en una tortura para los pequeños de la casa. ¡Protege a tus pequeños!
Pasos a seguir: 1Para entender los efectos del calor sobre los más pequeños, es necesario saber a qué se debe la susceptibilidad de los bebés frente a las altas temperaturas. Su volumen corporal tiene mucho que ver, ya que es muy inferior al de los adultos y, generalmente, provoca que los bebés aumenten su temperatura corporal más rápidamente, por lo que les convierte en un colectivo vulnerable al calor.
2Por otro lado, son más propensos a perder fluidos corporales más rápido que los adultos y, por ello, tienen a deshidratarse con mayor facilidad. Transpiran mucho más y es muy difícil que tengan conciencia de no realizar ejercicios o esfuerzos durante las olas de calor, ya que su pequeña mente no les permite razonar con esa complejidad.
3Durante los meses más calurosos, los cuidados hacia tu bebé deben incrementarse ya que los efectos de las altas temperaturas pueden ser diversas. La sobreexposición solar por las horas al aire libre, el exceso de ejercicio provocado por la hiperactividad de algunos pequeños o la falta de hidratación pueden conducir al bebé a padecer algunos problemas de salud.
Los principales problemas que se atribuyen al exceso de calor en el pequeño es la deshidratación o los sarpullidos en la piel. También es frecuente notar que el bebé está más agotado, menos activo y más cansado. Otros efectos del calor en los niños puede verse en la hinchazón de manos, pies o tobillos, y en los casos más graves pueden producirse desmayos o golpes de calor. Piensa que el bebé todavía no regula bien la temperatura corporal, por lo que notarás que su piel está caliente aunque no sude, le cueste respirar o presente síntomas de fiebre.
4El estado anímico es una de las manifestaciones más claras en los días calurosos, ya que por lo general los niños suelen estar más irritables, no descansan adecuadamente, duermen menos e incluso su apetito disminuye.
5Proteger a las criaturas de los efectos del calor es básico para garantizar que no corran peligro. En primer lugar, debes evitar la exposición solar prolongada o el calor extremo, piensa que los bebés tienen la piel muy sensible y además de padecer golpes de calor, también podrían quemarse rápidamente. Evita salir a las horas más calurosas o realizar actividades al aire libre durante mucho tiempo. Si vas a la playa o al campo, protege siempre al bebé con una gorra y aplícale mucha crema solar con el factor más elevado posible.
6Asimismo, la hidratación es el punto principal para que el bebé no se vea afectado por las altas temperaturas. En los periodos de más calor, deberá beber líquidos frecuentemente (agua, zumos...), sobre todo si las criaturas son muy activas lo mejor es que beban agua antes, durante y después de realizar cualquier actividad. Altas dosis de frutas y verduras le ayudarán a mantenerse correctamente hidratado. Aunque el bebé sea muy pequeño y esté en periodo de lactancia, es importante ofrecerle agua entre toma y toma de pecho. Si ves que la rechaza al insistirle, será señal de que no la necesita.
7Por otro lado, es recomendable mantener al bebé en un lugar fresco, con sombra y ventilado para sofocar el calor extremo y las altas temperaturas. En casa, mantén las habitaciones ventiladas y las cortinas bajadas para evitar que el calor se cuele en todos los rincones de tu hogar y mantén una temperatura ambiental de entre 20 y 22ºC.
8Para refrescar a tu bebé jamás lo expongas directamente a un ventilador o al aire acondicionado y mucho menos si está desnudo o semidesnudo, ya que su piel se enfriaría rápidamente, el sudor se secaría pero podría resfriarse. Si hace demasiado calor, lo mejor será refrescarlo con una esponjita empapada en agua fresca y después mantenerlo descansando en un lugar de la casa donde no haya mucha corriente. Si el niño ya es mayorcito, entonces hidrátalo con un buen zumo, quítale la ropa y deja que juegue en algún sitio donde corra un poquito el aire. Evita que realicen actividades intensas durante las horas más calurosas del día.
9Si debes viajar en coche, es necesario combatir también el calor que puede sufrir tu bebé dentro del vehículo. Ventila siempre el interior abriendo y cerrando las ventanillas de vez en cuando para que corra el aire. No mantengas constantemente el aire acondicionado dentro del automóvil, ya que se podrían resecar las mucosas de las vías áreas del pequeño. Durante las paradas, siempre descansa en áreas sombreadas. Y lo más importante, nunca dejes a tu bebé encerrado dentro del coche ni aunque sea por un momento y esté estacionado a la sombra, ya que puede sufrir un golpe fuerte de calor y deshidratación.
10También deberás tener en cuenta el vestuario elegido para soportar el calor. Te recomendamos ropa ligera, tejidos transpirables como el algodón y colores claros para no retener el calor. Pasea siempre por la sombra y en las horas menos calurosas, como a primera hora de la mañana o al atardecer. Y por la noche, no dudes en taparlo con una sabana finita para evitar que el contraste haga que se resfríe definitivamente. Eso sí, no lo abrigues en exceso ya que el exceso de calor podría producirle irritaciones o erupciones en la piel, conocido como sudamina.