Entre los 6 y los 10 meses de edad, es hora de que los bebés empiecen a descubrir el mundo y sean algo más independientes. El gateo es el primer paso para ello, ya que significa el primer paso para aprender a andar. Si no sabes cómo estimular a tu pequeño para que se mueva por si solo, este artículo de unComo.com es perfecto para ti. En esta ocasión, te explicamos los mejores ejercicios para que un bebé gatee. Es imprescindible que en este periodo de aprendizaje, ayudes a la criatura fomentando el gateo mediante actividades divertidas y juegos diferentes que le permitan coordinar brazos y piernas y le empujen a moverse a cuatro patas. Descubre la importancia de esta bella etapa y ayuda a tu bebé a tener más autonomía.
Preparar al bebé para gatear
Para enseñar a tu bebé a gatear, antes deberás prepararlo. Es importante que empiece a tomar contacto con el ambiente, así que lo primero que deberás hacer es colocarlo de vez en cuando boca abajo para que explore el suelo y todo lo que tiene alrededor. Tocando con la barriga en el suelo poco a poco irá desarrollando sus habilidades motrices y también mantendrá el control sobre la cabeza. Colocarlo en esta posición durante unos minutos al día será el paso previo para aprender a gatear.
Por otro lado, es importante que ayudes a tu pequeño a ganar fuerza en sus músculos y, sobre todo, en su espalda. Por ello, siempre que lo tengas de pie deberás ayudarlo manteniendo una mano entre la espada y la cabeza para que pueda mantenerse en esta posición sin perder el equilibrio. Otro método para empezar a fortalecer sus músculos es intentar que mire hacía arriba y no pierda el equilibrio. Por ejemplo, haz que dirija la mirada hacia arriba con juguetes vistosos y coloridos.
Durante la preparación, debes tener en cuenta dos aspectos fundamentales. En primer lugar, la edad de tu bebé ya que existe una etapa concreta para iniciarse en el gateo. Si la criatura es menor de 6 meses, es todavía pronto para empezar esta nueva etapa. Generalmente, los niños empiezan a gatear entre los 6 y los 10 meses de edad. Si bien algunos son más precoces, el pequeño te dará pistas cuando esté preparado. ¡No dejes de observarle! Y en segundo lugar, y muy en la línea de los signos que transmitirá el bebé cuando esté preparado, no debes forzar el gateo, ni obligar a tu hijo a hacerlo. Cada niño es diferente y cada uno toma su tiempo antes de gatear, así que deja a un lado las comparaciones y procura darle el tiempo y el espacio suficiente a tu criatura para que se desarrolle a su ritmo. Algunas de las señales que te indicarán que tu bebé está listo para gatear son:
- Que ya pueda sentarse solo y busque una posición cómoda para él: estar boca abajo, manteniendo la cabeza en alto y observando todo aquello que ocurre a su alrededor.
- Al estar boca abajo, se balancea sutilmente intentando moverse y avanzar por el suelo.
- Mueve las extremidades de manera coordinada. Es decir, intenta utilizar un brazo y una pierna opuestas para intentar moverse por el suelo.
Repetimos que cada bebé es un mundo y cada uno tiene su propio ritmo. Si aún teniendo 10 meses no hace ningún esfuerzo por moverse, debes tener paciencia. En caso de que te preocupe su desarrollo locomotriz, consulta a tu pediatra y el te dará las pautas a seguir. Pero recuerda, no obligues a tu bebé a gatear y, mucho menos, si no le gusta estar en según que posiciones. Deberás dejarle tiempo y espacio para que lo consiga por sí mismo.
Ayúdale a gatear
Para empezar, deberás buscar un espacio cómodo en el que pueda iniciarse en el gateo sin sufrir ningún daño. Recomendamos hacerlo sobre una manta suave o una alfombra, por ejemplo, donde deberás colocar al bebé boca arriba y dejar que se sienta cómodo en este espacio, que se balancee e incluso ruede por el suelo. Si ves que él mismo quiere dar la vuelta, déjale a ver si lo consigue, si no puedes tú colocarlo boca abajo para que se mantenga a cuatro patas. El objetivo es que el pequeño mantenga el control en sus extremidades (brazos y piernas), consiga la fuerza necesaria para aguantarse y equilibre su cabeza.
Para ayudarle a que se mueva a cuatro patas o que poco a poco se vaya deslizando, deberás ponerle retos y objetivos. Por ejemplo, dejándole un juguete vistoso fuera de su alcance. La meta deberá ser atraparlo y deberá conseguirlo poco a poco, procurando que el pequeño no se frustre por conseguirlo, ya que en ese caso deberás ponérselo un tanto más fácil.
Otra buena idea es ponerte a gatear a su lado para que intente imitarte y vea cómo tiene que hacerlo. Y, sobretodo, anímale mucho, dale aliento y prémialo a medida que vaya consiguiendo moverse por sí mismo.
Ejercicios para estimular el gateo
Como ya hemos apuntado, la etapa en la que tu bebé se inicia en el gateo es fundamental para su desarrollo psicomotor, así que es necesario que el pequeño se ejercite para poder aguantar todo el peso de su pequeño cuerpo durante esta tarea. A continuación, te proponemos algunos ejercicios para ayudar a tu bebé a gatear:
- Levantar la barriga: es una de las cosas que más les cuesta a los bebés al empezar a gatear. Así que podéis practicar con un juego divertido. Siéntate en el suelo con las piernas completamente estiradas y coloca al niño transversalmente sobre ellas. Mueve tus muslos poco a poco de manera que el bebé experimente cuál sería su posición de gateo. Recuerda: sus rodillas deberán quedar en el suelo, para que el efecto sea mejor.
- Saltar obstáculos: puede ser una manera entretenida de animar a tu pequeño a gatear y, además, le ayudará a mejorar su desarrollo psicomotor, su equilibrio y su orientación. Prepara un pequeño circuito con cojines y mantas y, al lado, sus juguetes favoritos para que le llamen la atención y quiera ir hacia ellos.
- Trepar: a los niños les encanta, así que puedes preparar pequeñas rampas para que el bebé intente subir. Eso sí, siempre deberá estar vigilado y controlado por un adulto.
Con paciencia, imaginación y ganas conseguirás que tu pequeño poco a poco se vaya moviendo por el suelo de manera autónoma. Recuerda que el gateo es una fase fundamental para el buen desarrollo del bebé que no solo mejorará su sistema psicomotor o su equilibrio, sino también aumentará su campo visual, descubrirá nuevas texturas y superficies, mejorará su percepción de profundidad y desarrollará habilidades y aptitudes. ¡Todo un reto!