Aunque las motos eléctricas se han dado a conocer con mucho peso en la actualidad, todavía hay dudas acerca de saber cómo funcionan exactamente. Este tipo de vehículos se caracterizan por no emitir ruido y por no producir humo, ni usar gasolina. Permiten un desplazamiento similar al que proporciona una moto de combustible tradicional, lo que hace que cada vez sean más populares. A continuación te explicamos el funcionamiento de una moto eléctrica.
Adiós a la gasolina
Una moto eléctrica, como su propio nombre indica, necesita electricidad. Esto significa que para poder utilizarla no hay que introducir gasolina sino energía eléctrica. El poseedor de una de estas motos tiene que conectar el vehículo a un enchufe para recargar su energía.
Para realizar la carga de la batería de la moto hay dos opciones. La primera es utilizando el cable de conexión que sale de la moto hacia el enchufe; este sistema se beneficia de que las ciudades están instalando puntos de recarga públicos en los que es posible alimentar el vehículo de una manera sencilla. La segunda forma es a través de las baterías extraíbles. Estas se pueden llevar a casa y cargarlas cómodamente en el hogar, como si fuera el teléfono móvil.
Una vez la moto se pone en funcionamiento, no produce ruido y tampoco emite ningún tipo de humo, algo comprensible si tenemos en cuenta que ni siquiera tiene tubo de escape. Es la moto más ecológica y agradable al oído.
Este tipo de motos evita el uso de piezas que normalmente suponen un gasto en su mantenimiento, y que se encuentran directamente relacionadas con la alimentación de combustible. No hay que preocuparse de los filtros, ni de las correas, ni tampoco del mantenimiento del aceite.
Prestaciones a la altura de las exigencias
El control de la moto en cuanto a su conducción es el mismo que proporciona cualquier tipo de moto, pero con unos índices de velocidad máximos de 290 km/h, dependiendo de la categoría.
Para elegir el mejor modelo de moto eléctrica es necesario decidir la potencia y velocidad que se quiere alcanzar con el vehículo. No obstante, a mayor velocidad y potencia, también se requiere una batería más cara y de mayor tamaño. Los pilotos tienen que elegir el modelo que más se ajuste a sus exigencias.
Las motos eléctricas de menor potencia son las consideradas como ciclomotores, que pueden alcanzar una potencia de 45 km/h. La siguiente categoría es la de las motos urbanas, con distinta velocidad dependiendo del modelo, mientras que las de mayor potencia no superan los 290 km/h.