Si quieres conducir de forma segura, asegúrate de tener siempre en buen estado las pastillas de freno de tu coche. Estas piezas son las encargadas de frenar las ruedas y, por consiguiente, todo el vehículo. Si no están en buenas condiciones, las posibilidades de sufrir un accidente se multiplican exponencialmente. Cuándo cambiarlas es otra cuestión, no existe un límite de tiempo específico, ya que depende del tipo de conducción que practiques, las superficies por las que viajes o si eres un conductor de carretera o de ciudad. Es aconsejable revisar su estado cada 20.000 kilómetros aproximadamente. Si ya ha llegado ese momento, presta atención a los siguientes consejos de unComo sobre cómo cambiar las pastillas de freno de tu coche.
Necesitarás:Primero hay que asegurarse de que, efectivamente, es el momento de cambiarlas. Las pastillas de freno sirven para apretar el disco del freno y producir la fricción necesaria para que la rueda y, por ende, el vehículo se detenga. Estas pastillas están protegidas por un revestimiento y un soporte metálico que, con cada frenada, va perdiendo consistencia. Cuando están demasiado desgastadas, no ejercen la presión necesaria sobre el disco de freno y el coche pierde eficacia a la hora de frenar, una situación muy peligrosa a la hora de conducir.
Hoy en día, la mayoría de los coches cuentan con indicadores luminosos que te informan sobre el estado de las pastillas y el nivel de líquido de frenos. Si, por el contrario, tu coche es un poco más antiguo, tendrás que desmontar la rueda y comprobar tú mismo el grosor de las pastillas. Si, efectivamente, están desgastadas, es el momento de cambiarlas.
2En primer lugar, hay que elevar el coche para poder desmontar la rueda con la que vamos a trabajar. Para ello, usaremos el gato y, para facilitarnos el trabajo, es recomendable tener girada la dirección del coche hacia la rueda que vamos a manipular. Una vez hecho esto, usaremos una llave para desanclar la rueda y poder acceder a las pastillas de freno.
3Una vez que el neumático está retirado, quedará a la vista el sistema de frenos, compuesto por el disco, la pinza y las pastillas.
Para abrir la pinza del freno y tener acceso a las pastillas, usaremos una llave fija o un destornillador para retirar los dos tornillos que la sujetan y poder sacarla hacia fuera. De esta forma, hemos logrado acceso a las pastillas.
4Extraeremos las pastillas viejas y las sustituiremos por unas a estrenar, que pueden comprarse en cualquier tienda de repuesto. Una vez introducidas en su sitio, es necesario comprimir y ajustar el pistón del freno para encajarlas y, una vez hecho esto, volver a cerrar la pinza y atornillar los dos tornillos. Ya tenemos las nuevas pastillas listas para rodar.
5Ya puedes volver a colocar el neumático en su sitio y repetir la misma operación en las tres ruedas que faltan. Aprovechando que hemos cambiado las pastillas, comprueba el nivel de líquido de freno y, antes de emprender un viaje, con el coche todavía parado, pisa unas cuantas veces el pedal de freno para que los pistones se pongan en posición correcta hasta que notes que el freno se pone duro.