Todos sabemos que la educación de los hijos no es una tarea fácil, sino que es una labor complicada a la vez que fundamental. El crecimiento de los pequeños estará marcado por la forma en que les educamos en casa, junto con la educación escolar y otros factores externos. Es por ello que debemos ser muy conscientes de lo importante que resulta educarles correctamente, especialmente cuando no se portan bien o en situaciones conflictivas. En este artículo de unComo os ofrecemos algunos consejos para educar a tus hijos, esperando que os resulten muy útiles.
Dar ejemplo
A la hora de educar a tus hijos, es indispensable que tu conducta y tus actos sean ejemplares, es decir, no puedes hacer aquello que no les permites hacer a ellos. Los padres siempre son un modelo para los pequeños, de forma que deberás dar ejemplo en todo momento.
Tener en cuenta el temperamento del niño
No todos los niños deben tratarse igual, ya que el carácter de cada uno de ellos será distinto; por lo que ocurrirá lo mismo si tienes varios hijos/as. Estas diferencias en la forma de ser y en su temperamento son lo que determinan el grado de actividad de los pequeños, la facilidad para distraerse, la forma de reaccionar ante nuevas situaciones o la intensidad a la hora de expresar sus sentimiento. De tal forma que deberemos marcar su educación en base a ello para que crezcan de la mejor forma
Poner límites
Si bien es cierto que los niños necesitan explorar el mundo y aprender a partir de la experiencia, será fundamental fijar los límites de lo aceptable e inaceptable. De lo contrario, si les dejamos hacer lo que les plazca en todo momento, estaremos malcriándoles. Será necesario que les expliques de manera sencilla y acorde a su edad el porqué no deben hacer algo y qué ocurrirá en caso de que incumplan con lo pactado. También deberás tener muy claro cómo hacer que un niño pequeño entienda el No, para que sepan que no todo les está permitido.
Afrontar las consecuencias de sus actos
Es necesario que tus hijos comprendan las relaciones de causa y efecto, es decir, cuál es la consecuencia de una mala conducta. De esta forma, tomarán consciencia de lo que no deben hacer, puesto que después ocurrirá algo negativo. Por ejemplo, avísale de que si deja juguetes en la entrada del garaje, el coche puede aplastarlos.
Castigos en consonancia
Asimismo, los posibles castigos o represalias deberán estar relacionados con lo que han hecho mal. Es decir, si regresan tarde a casa, la consecuencia no podrá ser castigarles sin tele, sino que lo idóneo será por ejemplo que al día siguiente no puedan salir con sus amigos.
Premiar las buenas conductas
Por otro lado, las buenas conductas y el correcto comportamiento también deben verse reflejados. Esto no implica premiar al niño/a con algo material, sino que puede bastar con un elogio, una felicitación, una sonrisa, un abrazo, etc.
Tampoco deberás caer en el hecho de ofrecer sobornos a cambio de que se porten bien, tan solo deberás recompensarles cuando lo merezcan.