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Cómo no ser tan exigente

Tener cierto nivel de exigencia se considera positivo para mejorar y crecer a todos los niveles, pero cuando alcanzas un punto en que las exigencias son exageradas, hay que empezar a reflexionar al respecto. Y es que cuando se tiende a ser extremadamente exigente, se empieza a esperar lo mismo en los demás, y eso es de todo, menos saludable. Aspirar al perfeccionismo es dañino para ti mismo y para la gente que te rodea, por eso en este artículo de unComo.com te contamos cómo no ser tan exigente.

Pasos a seguir: 1

Para empezar, debes tener claro que ser muy exigente no es nada positivo, especialmente con los demás. No es correcto pedir más a la gente de lo que es capaz o quiere dar. Una exigencia desmesurada conduce de forma irremediable a la infelicidad constante. Lo que demuestra una persona que se comporta así es que tiene algún problema de autoestima. Debes aprender a quererte tal y como eres, así también respetarás y amarás a los demás por lo que son sin intentar cambiar ni exigir nada.

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La exigencia es un verdadero problema porque puede llegar a convertirse en una insatisfacción permanente. Una persona muy exigente no se siente bien consigo misma ni con los demás. Suele fijarse de forma habitual en los defectos de los demás y en los propios. Esta búsqueda de la perfección puede ser una verdadera pesadilla para ti mismo y para las personas que te rodean. Así que debes hacer lo posible por cambiar esa dinámica tan tóxica.

La insatisfacción crónica es una emoción muy dañina, conduce a la infelicidad y a una tendencia constante a buscar la perfección en todo, pero nunca llega. Al no poder satisfacer esa necesidad tan exigente, te sentirás siempre incompleto y vacío. Es un problema grave porque esa exigencia aumentará y afectará a todos los niveles.

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Un buen consejo para hacer frente a altos niveles de exigencia es modificar las expectativas. No es realista creer que alguien pueda hacerlo todo bien, pensar en eso solo puede provocarte malestar y frustración. Debes aceptar la idea de que equivocarse es inevitable, muchas veces alguien muy exigente no admite sus errores o no quiere darse cuenta de los que comete. Asume que nadie es perfecto, ni tú ni las personas que te rodean. Si buscas la perfección, nunca serás feliz. Teniendo esto en mente, cambia tus expectativas.

¿Quieres ser el mejor en algo? Pues más vale que deseches la idea, porque siempre habrá alguien que te supere en el momento menos pensado. Aunque consigas destacar en algo, en cuestión de tiempo aparecerá alguien mejor. Así que sé realista y haz que tus expectativas sean acordes con tus habilidades y limitaciones. Un buen consejo es intentar hacer las cosas bien, marca metas alcanzables sin buscar la perfección.

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Otro consejo para no ser tan exigente es desterrar los pensamientos negativos. Es muy posible que no te resulte cómoda ni soportable la idea de que tu trabajo y tus relaciones personales no sean perfectas. En ese momento, puede que experimentes emociones negativas, y lo mejor que puedes hacer es no dejarte llevar por esos malos pensamientos que solo te harán sufrir. Haz un esfuerzo racional por no ser tan crítico contigo mismo, incluso procura reírte de los errores. En vez de reprocharte por todo lo que haces mal, piensa en lo poco que te aporta empeñarte en estas emociones.

En el siguiente artículo, te damos algunos consejos para ser más positivo.