Crecer no es fácil, ni para ellos ni para los padres, especialmente durante los primeros meses de vida en los que tu bebé deberá enfrentar muchos cambios que en ocasiones lo harán sentir diferente.
Y una de las primeras situaciones con la que ambos tendrán que lidiar es el paso de mamar del pecho de mamá a tener que alimentarse con un biberón, algo que tal vez no le agradeen las primeras ocasiones, generando un gran estrés para ambos que, incluso, puede hacer que el pequeño se deje de alimentar. Si te preguntas qué hacer si mi bebé no quiere el biberón sigue leyendo, porque en unComo te daremos algunas sugerencias para atender esta situación lo mejor posible.
Pasos a seguir: 1Es importante que comprendas que tanto la textura que ofrece el biberón como la técnica de succión que se requiere para usarlo es diferente a lo que ha experimentado tu bebé con tu pecho, por lo que al principio le puede resultar difícil acostumbrarse a toda esta novedad lo que puede hacer que lo rechace. Esta situación es normal y no hay nada que temer, por es importante tomarse el tiempo para hacer que el pequeño acepte el biberón.
Como esto puede tomar algunos días, si quieres hacer el paso porque es momento de volver al trabajo, lo mejor es ofrecer el biberón a tu bebé entre 2 y 3 semanas antes de que te reincorpores nuevamente a tus funciones, así tendrás tiempo de ir probando distintas estrategias.
2El pequeño debe comenzar a familiarizarse con el biberón y la tetina antes de usarlos, por eso deja que juegue con ella, que la explore y la muerda, de este modo se sentirá cómodo de ir un poco más allá y succionar. Para el primer contacto lo más conveniente es darle el biberón al final del día, cuando lo hayas alimentado normalmente con tu pecho. Deberás llenarlo con muy poca cantidad de leche materna, no más de 15 ml, y ofrecerlo al bebé, el mismo distingue tu olor y el de tu leche por eso puedes colocar un poco de ella en la tetina, de este modo lo incentivarás a chupar con el deseo de encontrar más.
Se recomienda que la primera vez que le den biberón no lo hagas tú, pues de seguro querrá el pecho y no ese objeto que no conoce. Lo ideal es que lo haga su padre o alguien de confianza para ti, de este modo evitarás confundir al pequeño y ayudarle a entender que son dos formas de alimentación diferentes.
3Si ves que con la tetina que le das no logra succionar, cámbiala por una parecida a la que tiene en el chupete, del mismo material para que la sensación sea similar. Debido a que con este tipo seguro se sentirá más familiarizado y a gusto, es posible que pruebe a succionar. También puedes calentar con agua tibia la tetina para que le recuerde al pecho de mamá.
Si se trata de un bebé muy pequeño lo mejor es probar con una tetina de flujo lento pues las convencionales pueden soltar la leche muy rápido haciendo que el niño, que no está a costumbrado, se atragante y lo encuentre desagradable.
4A algunos bebés les puede agradar que los alimenten con el biberón en la posición habitual que tenían para tomar pecho, pero a otros los puede confundir e irritar, por eso es bueno probar diferentes posiciones hasta encontrar aquella en la que el niño mame sin problema. Puedes sentarlo en tu regazo con su espalda contra ti, sentarlo en una sillita y darle de comer de frente o ver cómo reacciona si usas la misma postura de siempre.
Del mismo modo es fundamental probar darle la leche a distintas temperaturas para encontrar la que más le agrade. No des nada por sentado, experimenta con distintas opciones para identificar aquella que más le agrade a tu hijo.
Eso sí, es importante evitar confundirlo por eso te recomendamos:
- Selecciona una tetina, una botella, una postura y una temperatura teniendo en cuenta que todo sea lo más similar posible a tu pecho y a la temperatura de tu leche.
- Intenta darle el biberón, si lo rechaza y llora, cálmalo y prueba nuevamente. Intenta hasta tres veces seguidas antes de desistir, pero tras la última vez que lo rechaza espera al menos 10 minutos para darle el pecho, así evitas que tu bebé asocie el rechazo del biberón con la recompensa de la teta de mamá.
- Una o dos horas después de amamantarlo, ofrece nuevamente el biberón. Es importante que el bebé esté despierto y receptivo pero que no esté muy hambriento o su irritabilidad le impedirá probar con algo nuevo.
- Si no hay forma de que el niño acepte el biberón, antes de modificar alguno de los elementos deberás intentarlo durante algunos días, al menos un par, pues si cambias con mucha frecuencia de mamila o técnica solo conseguirás confundir y frustrar más al bebé.
Debes saber que cuando se trata de pasar del pecho al biberón cada pequeño es diferente, por lo tanto debes evitar culpabilizarte, frustrarte o perder la paciencia. Le has dado el pecho a tu bebé durante un tiempo determinado y ahora llega el momento de pasar a otra etapa, pero el cambio debe ser gradual, lleno de amor y paciencia para que ninguno de los dos se frustre.
Retira la leche materna de forma progresiva, durante el proceso es importante:
- No perder la paciencia o culparte "si lo hubiera hecho así" o "si no tuviera que trabajar". Esto no soluciona el problema y solo genera una carga emocional negativa.
- Se constante y paciente, actúa con inteligencia siguiendo las sugerencias de este artículo.
- Hay madres que deciden esperar hasta que el bebé tenga mucha hambre para darle el biberón pensando que así lo aceptarán. Esto es un error porque para comenzar no siempre funciona y segundo genera un ambiente de hostilidad para el pequeño que puede hacer que, simplemente, deje de comer y se torne muy irritable. Debes probar con el biberón cuando el niño esté dispuesto, activo y de buen humor, no con hambre y llorando.
Ten en cuenta que hay bebés que nunca aceptan el biberón porque simplemente no les gusta. En ese caso lo mejor que puedes hacer es optar por una taza de entrenamiento o sippy cup, es decir el vasito antiderrames que usan los bebés y niños pequeños. Debes acostumbrar a tu bebé a usarlo con la misma técnica que el biberón: sujétalo con su espalda erguida, inclina ligeramente el vaso y deja que salga un poco de leche, el niño la probará y enseguida querrá beber más. A diferencia de la tetina el pequeño no se sentirá confundido con la taza de entrenamiento porque son dos objetos completamente diferentes y en este caso no hay que succionar, por lo que muchos la aceptan sin problema.
Recuerda además que a partir de los 6 meses puedes comenzar a darle papillas, lo que complementará su alimentación. Ante cualquier duda, consulta a tu pediatra quien podrá asesorarte en todo lo que necesites.