El ser humano es un animal afectivo, que necesita relacionarse, amar y ser amado. Bajo estas premisas construimos las familias, las relaciones sociales y la sociedad. ¿Qué sucede con aquellas personas personas frías que no encajan en esta realidad? En la mayoría de los casos no son comprendidas y son vistas como gente extraña y poco de fiar.
¿Pero qué hay detrás de esta actitud?, ¿Cuáles son las causas de una personalidad fría?, si a veces te miras en el espejo y te preguntas por qué soy una persona tan fría en el siguiente artículo de UnComo te lo explicamos.
¿Realmente eres una persona fría?
La personalidad no es como el color de los ojos o el tono de la piel, no es algo que venga marcado en nuestros genes y permanezca inalterable, sino que lo que nos ha sucedido en nuestra vida, nuestros miedos, nuestras vivencias y todo lo que nos ha marcado influye en la forma como vemos el mundo y como nos desempeñamos en él.
La forma en la que han aprendido a mostrar el afecto, situaciones traumáticas que les hayan hecho cerrarse en si mismos, mecanismos de defensa para no ser vulnerables, etc, las causas para que alguien se convierta en una persona fría pueden ser muchas, sin embargo, no es normal que alguien sea frío siempre y con todo el mundo, el ser humano está hecho para ser afectivo.
Si crees que eres una persona muy fría o crees que alguien lo es analiza tus actos y tu forma de actuar. Si te fijas, observarás que quizás con los niños pequeños o con los animales eres capaz de mostrar todo el afecto que no le muestras a tus padres o a tu pareja. Esto sucede porque no te permites sufrir, es algo que te da miedo. Con los niños o los animales sientes que no sufres ningún peligro porque no son capaces de dañarte, mientras que el resto del mundo sí lo ves como una posible fuente de sufrimiento y te quieres alejar.
Ser cerrado no es ser frío
A veces hablamos de personas muy frías cuando realmente es gente que no es capaz de mostrar sus sentimientos. Es muy poca la gente incapaz de sentir nada, incapaz de sentir amor y afecto. La mayoría de los casos de "personas frías" en realidad son casos de personas con poca capacidad para expresar sus sentimientos o sus emociones.
Suele ser habitual, al revés de lo que muestran exteriormente, que estas personas tengan una intensa vida emocional que guardan para sí mismos y que son incapaces de mostrar al exterior. Cuando decimos que una persona es fría, hablamos de alguien que es incapaz -o que le cuesta mucho- sentir emociones. Estos casos son contados, por lo que te aconsejamos autoexaminarte para aclarar si realmente es tu caso o, por el contrario, lo único que te sucede es que te cuesta mucho abrirte y mostrar con palabras o acciones tu afecto y tus sentimientos.
Una infancia falta de afecto, una vida adulta fría
El amor, el cariño, mostrar atención y las emociones es algo que aprendemos con los años, por imitación y por repetición, fijándonos en como lo hace la gente de nuestro alrededor. Siendo así, no es extraño que la falta de afecto en la infancia y en las primeras etapas de la vida sea una de las principales causas de que seas una persona fría.
Es muy normal que cuando los padres no han sido capaces de mostrar afecto a sus hijos, o no han tenido suficiente tiempo para estar con ellos y demostrárselo, esos niños crezcan con deficiencias a la hora de mostrar sus emociones.
Un niño que se ha visto privado de afecto es muy probable que, una vez adulto, sea una persona fría y cerrada, con muchas dificultades, ya no solo para mostrar sus sentimientos, sino también para descifrar sus emociones y darles un sentido.
Miedo a ser dañado
¿Por qué soy una persona tan fría? Seguramente, si reflexionas sobre cómo eres y sobre cómo ha sido tu vida encontrarás las claves para responder a esta pregunta. A parte de las claves ya mencionadas, hay un motivo que provoca que muchas personas se encierren y no muestren sus sentimientos; el miedo a que les hagan daño.
El miedo a que el resto no sienta lo mismo, el miedo a ser rechazados, el miedo a sufrir daño emocionalmente, el miedo a no ser aceptados, todos estos miedos hacen que esa persona se construya una coraza de frío y silencio que ven como una forma de protegerse contra estos miedos.
Muchas veces, esta frialdad es una máscara que con los años y el hábito se ha convertido en su verdadera cara, aunque con trabajo puede revertirse. Esta es la manera en la que creen que el mundo les ve fuertes y respetables, la forma de evitar ser dañado, no adentrarse mucho a conocer a nadie para no darle la capacidad de hacerte daño.