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Cómo hablar sobre salud mental con sus hijos

¿Cómo hablar de salud mental con tus hijos?

Cómo hablar sobre salud mental con sus hijos

Muchos padres piensan que abordar la salud mental puede ser incómodo o innecesario, pero entre el 13 % y el 20 % de los niños luchan contra un trastorno de salud mental en un año determinado, y la pandemia solo ha hecho que los problemas de salud mental sean más comunes en personas de todas las edades.

Ya sea que crea que su hijo está luchando con su salud mental o no, es esencial abordar el tema cuando aún es pequeño. Aprender a enseñar a sus hijos sobre la salud mental es una gran responsabilidad, pero también una parte integral de ser un padre solidario.

Aquí le mostramos cómo hablar sobre la salud mental sin abrumar a sus hijos o hacer que se apaguen.

Crear un entorno seguro

Antes de hablar con sus hijos sobre la salud mental, es importante crear un entorno seguro. Además de establecer un espacio pacífico e inclusivo en el hogar, piense en dónde se sienten más cómodos sus hijos. Tal vez tienden a abrirse más en el parque o, si son mayores, en un rincón tranquilo de una cafetería.

Diríjase a ese lugar específico y aborde el tema lentamente si desea guiarlos suavemente hacia una conversación sobre salud mental.

Sé vulnerable

Si desea preguntarles a sus hijos sobre su salud mental, específicamente, trate primero de compartir sus propias luchas con la salud mental. Habla desde tu perspectiva en lugar de abordar el tema con un tono acusador o preocupado.

Mostrar disposición a ser vulnerable a menudo ayudará a sus hijos a abrirse y compartir sus propias experiencias. Además, les asegurará que no están solos y que hay muchos otros que han recorrido este camino antes que ellos.

Identificar sentimientos

Ayude a sus hijos a identificar y expresar sus sentimientos enseñándoles las palabras para diferentes emociones a una edad temprana. La mayoría de los niños aprenden las emociones de la misma manera que aprenden sus formas y colores.

Es su responsabilidad enseñarles palabras más matizadas además de palabras como "triste" y "feliz". De esa manera, pueden poner nombre a sus sentimientos y comunicarlos mejor. También puedes usar una rueda de sentimientos o un gráfico con imágenes para ayudar a tus pequeños a identificar sentimientos en el momento.

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Si a sus hijos les cuesta compartir sus sentimientos, pídales que cuenten una historia o compartan sus altibajos del día. Permitirles ser creativos y hablar sobre sí mismos en tercera persona podría alentarlos a compartir más.

También puede proporcionar salidas creativas como pintar, dibujar, bailar y otras actividades para ayudar a sus pequeños a explorar sus pensamientos y emociones.

Evite las etiquetas

Una vez que sus hijos se sinceren y compartan sus luchas con la salud mental, es mejor evitar etiquetar el problema, incluso si cree que sus síntomas apuntan a una determinada enfermedad. Si bien sus suposiciones pueden ser correctas, usted no es médico y no puede darles un diagnóstico. Tampoco debe esperar que se etiqueten o diagnostiquen a sí mismos.

Intentar hacerlo solo los pondrá en una caja o hará que se adscriban a esa etiqueta hasta que los defina, ninguna de las cuales son formas saludables de hablar o manejar la salud mental.

Ofrecer soporte

Es posible que sus hijos ya tengan una idea de cómo quieren abordar sus problemas de salud mental. Esté preparado para ofrecer apoyo en cualquier forma que necesiten y haga una lluvia de ideas sobre estrategias de afrontamiento para ayudarlos a lidiar con sentimientos incómodos.

Si quieren ver a un terapeuta o consejero, ayúdelos a buscar uno o recomiéndeles algunos que se especialicen en problemas de salud mental. Juntos, pueden encontrar una solución, independientemente de cómo se vea.

Detener el estigma

Luchar contra los problemas de salud mental también significa luchar contra el estigma en su contra. Al aprender a hablar sobre la salud mental con sus hijos, ayudará a criar una generación que esté abierta a hablar sobre el tema.

Más importante aún, sus hijos aprenderán a apoyarse a sí mismos y a otros que luchan con su salud mental y emocional. Con su ayuda, la próxima generación puede acabar con el estigma.