¿Cuáles son las lesiones más comunes que pueden sufrir los niños durante las actividades deportivas?
Aunque estamos obsesionados con la salud de nuestros hijos en todas las formas posibles, debemos aceptar el hecho de que a veces están obligados a lastimarse. Es solo la progresión natural de su crecimiento. Puede parecer cruel y duro dejar que experimenten estos disgustos por sí mismos mientras nosotros solo observamos, pero es una forma necesaria del mal que debemos soportar. Aun así, es una buena idea estar preparado para las lesiones que su hijo pueda sufrir durante su tiempo de aprendizaje. Por esa razón, aquí hay un par de lesiones comunes que un niño puede sufrir durante las actividades deportivas para que pueda mitigar el daño de dichas lesiones.
Lesiones por fractura
La lesión más común que suele sufrir un niño durante una actividad deportiva es la fractura de un hueso. Esto puede deberse a muchas razones diferentes, pero por lo general, es producto del juego brusco que los niños tienden a mostrar durante diversas actividades deportivas. Un hueso fracturado no significa necesariamente una lesión grave, pero debe tratarse con la máxima precaución porque el cuidado no profesional puede ser fatal para el proceso de regeneración de los huesos. Si se produce una fractura de hueso, se recomienda encarecidamente ponerse en contacto de inmediato con el médico más cercano para que pueda mitigar el daño tanto como sea posible. Tratar de desinfectar el hueso fracturado solo puede causar problemas futuros que costarán el crecimiento futuro de su hijo.
Lesiones por esguinces y distensiones
Otro conjunto de lesiones muy comunes que ocurren entre los niños son las lesiones por esguinces y distensiones. Probablemente son los tipos de lesiones más frecuentes que le pueden pasar a cualquier persona, y dado que los niños están constantemente maniobrando, es inevitable que experimenten uno de estos tipos de lesiones. En la mayoría de los casos, la lesión de la suela es muy mansa, y suele tardar hasta 3 días en recuperarse por completo mientras aumenta la capacidad física total de un músculo. Las formas más fáciles de solucionar este tipo de desgracias suelen encontrarse en las bolsas de hielo y, en general, en las bolsas de alimentos congelados. Se aplican con suaves presiones sobre los puntos tensos mientras el niño duerme la siesta o descansa.
Lesiones en los pies
Además de las lesiones por fracturas, esguinces y distensiones, también hay lesiones en los pies que, en simbiosis con los problemas de crecimiento, atacan la forma de caminar y el equilibrio general de un niño. Este tipo de situaciones dañinas a menudo se pasan por alto debido a su naturaleza indolora, lo que las convierte en un problema muy común entre los niños pequeños. El niño generalmente no puede reconocer que hay un problema físico con su pie hasta que siente dolor, que en la mayoría de los casos ya es la última etapa de la lesión en el pie. La medicación habitualmente prescrita para este tipo de problemas es la visita a una clínica de podología revisada. En la mayoría de los casos, cualquier tipo de daño físico causado en el pie se puede remediar después de un par de sesiones de terapia con un profesional certificado.
Lesiones de espalda
Al igual que las lesiones en los pies, las lesiones en la espalda también pueden causar daños en simbiosis con el crecimiento, lo que las convierte en una amenaza que no debe pasarse por alto. La mayoría de estas lesiones provienen de heridas en la espalda por actividades deportivas que se combinan con un crecimiento rápido, lo que puede causar graves irregularidades en la espalda. Deben tratarse de inmediato, tan pronto como surja el dolor. A veces, las lesiones en la espalda se pueden detectar antes de que causen dolor, al notar las posiciones desequilibradas de un niño o patrones extraños para caminar. Deben ser tratados con un profesional capacitado que sea capaz de localizar y reparar el punto problemático en la espalda. Ha habido casos raros en los que el dolor de espalda puede causar graves trastornos del crecimiento y la salud en general. Si se presentara tal situación, solicite ayuda médica de inmediato.
En resumen, cualquier tipo de lesión en el cuerpo de un niño no debe ignorarse ni pasarse por alto. En la mayoría de los casos, no hay absolutamente ninguna razón para preocuparse o generar pánico, pero siempre se recomienda una evaluación médica previa. Sea consciente de la compostura física en constante cambio de su hijo y asegúrese de anotar e informar cualquier cambio significativo o insignificante. Al final del día, los niños se verán envueltos en situaciones en las que terminarán lastimados y eso no debería ser un aviso de malas noticias. Es importante que un niño aprenda los límites y las limitaciones de su propio cuerpo.
BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Grace Wilson es una biotecnóloga de 27 años y una especie de chica aficionada a los libros. Navegar por Internet es su favorito, por eso se ha volcado a los blogs. Seguir una mentalidad y un estilo de vida saludables es lo que considero mi principio de vida. Si está interesado, siga mi Twitter.