A lo largo del curso escolar, los más pequeños de la casa tienen que enfrentarse a los exámenes y controles, mientras a su alrededor existen miles de distracciones que los invitan a jugar y divertirse. Por eso, muchos padres se preguntan cómo enseñar a mi hijo a concentrarse y cómo ayudarles para que se centren en los estudios. En unComo.com, te damos unas cuantas claves para ayudar a mejorar la concentración de tus hijos.
Pasos a seguir: 1Es importante que ayudes a los niños a crear rutinas, a que sean conscientes de que deben dedicar un tiempo concreto a cada actividad, incluido el estudio y hacer los deberes. Saber que deben centrarse en estudiar ayudará a su concentración.
2Si quieres enseñar a tu hijo a concentrarse, debes eliminar toda clase de estímulo externo que perturbe la concentración. Apaga el ordenador, desenchufa la televisión y guarda en un cajón la tableta para que nada le distraiga durante el tiempo de estudio.
3Además de eliminar los estímulos externos, también es recomendable crear un entorno propicio para la concentración. Destinar una zona de la casa para área para hacer los deberes o para estudiar puede ser clave para ayudar a tu hijo a concentrarse en sus tareas.
4Debes controlar el tiempo de sueño de tu hijo. Dormir las horas suficientes es básico para mantener una buena capacidad de concentración, tanto para los adultos como para los niños.
5Igualmente, a todos nos motivan especialmente las cosas que nos gustan. Descubre qué le gusta a tu hijo y potencia su dedicación en ese tema. Aprenderá a centrarse en algo que le gusta y las técnicas para conseguir en ese terreno los mejores resultados. De paso, le habrás enseñado cómo concentrarse.
6También debes potenciar juegos y actividades que mejoran la capacidad de concentración, como por ejemplo los puzles o la lectura. Leer con tus hijos no solo mejorará su dominio de la lengua, también les ayudará a concentrarse de forma más sencilla en un tema.
7Y, finalmente, no solo debes preguntarte cómo enseñar a mi hijo a concentrarse, sino también qué hacer si no siempre lo consigue. Lo más importante es no perder la calma y no hacer que los niños se sientan culpables, porque sería contraproducente.