Cuando la primera cita va bien, es natural querer una segunda. Pero, ¿cómo te aseguras de que ocurra una segunda? Tener una buena primera cita prepara el escenario para una segunda y, en algunos casos, todo lo que tienes que hacer es preguntar.
Preparando el escenario
Una primera cita divertida en la que la otra persona se sienta cuidada y querida es el comienzo perfecto para conseguir citas posteriores. En otras palabras, si la otra persona no la pasa bien en la primera cita, le será más difícil conseguir una segunda cita que si se hubiera divertido. Esencialmente, la pregunta es esta:¿tuviste una experiencia en la primera cita que la otra persona querría volver a tener?
Una gran primera cita
Si su cita va bien y espera una segunda cita, asegúrese de tener claras sus intenciones. No asumas que una segunda cita ocurrirá naturalmente sin que se hagan algunos planes concretos. De hecho, si deja la cita tan seguro de sí mismo que se olvida de pedir una segunda cita, la otra persona puede dejar la cita preguntándose qué hizo "mal". Aquí hay algunas ideas de redacción para asegurarte de que expresas claramente tus intenciones de querer una segunda cita:
- "Me encantaría tener una segunda cita contigo. ¿Qué opinas?"
- "Este lugar es genial, pero ¿has probado la ubicación en el oeste? ¿Puedo llevarte allí el próximo viernes?"
- "Si tienes libre el sábado, me gustaría invitarte a una segunda cita".
- "Esta es la mejor conversación que he tenido en mucho tiempo. ¿Deberíamos continuarla mañana por la noche tomando un café?"
Mejorar las probabilidades
Hay cosas que puede hacer para aumentar sus probabilidades de conseguir una segunda cita más allá de simplemente asegurarse de que la otra persona disfrute de su tiempo juntos:
- No fuerce el romance (besarse, tomarse de la mano, etc.); si te esfuerzas demasiado en la primera cita, la otra persona puede preguntarse con aprensión qué le espera en una segunda cita.
- Sé tú mismo; quieres que la otra persona quiera pasar tiempo con tu verdadero yo en lugar de un personaje que interpretas en la primera cita.
- Escuche realmente a la otra persona y responda en consecuencia; a la gente le gusta pasar tiempo con aquellos que realmente escuchan.
- Sé divertido; si eres el tipo de persona con la que es divertido estar cerca, la otra persona querrá pasar más tiempo contigo.
Preguntar después de la fecha
Tal vez te divertiste tanto en la primera cita que accidentalmente olvidaste pedir una segunda cita, o tal vez estabas demasiado nervioso para preguntar. Es apropiado pedir una segunda cita después del hecho, especialmente si lo hace dentro de las 24 horas posteriores a la primera cita. La antigua regla de esperar tres días después de una cita para comunicarse no es razonable en la era digital, donde es demasiado fácil ponerse en contacto con alguien y se espera una comunicación rápida. Una llamada telefónica, un mensaje de texto o un mensaje que solicite una segunda cita debe incluir una sugerencia sobre cuándo y dónde para evitar confusiones o planes que son tan vagos que nunca suceden.
Un comienzo difícil
Cuando la cita no va muy bien, es posible que estés menos inclinado a pedir una segunda cita. Sin embargo, antes de tomar esa decisión, considere qué hizo que la cita fuera menos que estelar. ¿Fue simplemente la incomodidad de una primera cita o una serie de eventos arruinaron tus mejores planes? Cuando solicite una segunda cita después de una difícil, puede abordarla como una especie de redención, indicando que desea mostrarles cómo pretendía originalmente que fuera la primera cita. Una advertencia sobre esta táctica:si la primera cita salió mal en tu mente, pero no en la mente de la otra persona, pedir una cita "nueva" puede dejar en claro que ambos están en longitudes de onda diferentes.
Inclinándose con gracia
Si pides una segunda cita y la otra persona se niega, no es tu trabajo engatusarla para que acepte una segunda cita. Es su trabajo respetar sus deseos y no tratar de molestarlos para que digan que sí. Esto no significa que debas darte la vuelta y salir corriendo a la primera declinación, y aunque no hay nada de malo en volver a preguntar, no querrás caer en el terreno de las molestias.
Considere su experiencia
El deseo de una segunda cita no debe ser únicamente acerca de cómo te sentiste con respecto a la primera, también debes considerar si la otra persona la pasó bien. Si puedes ayudar a la otra persona a disfrutar de la experiencia, es mucho más probable que quiera pasar más tiempo contigo, lo que quizás lleve a una segunda cita.