La paciencia es una cualidad que los niños no suelen manejar bien. Lo normal en los pequeños es pedir algo y esperar recibirlo "aquí y ahora". Sin embargo, es muy importante educar a los niños el valor de la paciencia para integrarlo en su día a día lo antes posible, puesto que en la adultez esta es una cualidad que necesitarán para afrontar la vida. Lo más sencillo es introducir la paciencia a través del juego y los ejemplos. En unComo te damos algunas pautas muy sencillas y útiles para enseñar a un niño a tener paciencia.
Pasos a seguir: 1Puedes enseñar a un niño a tener paciencia, con el ejemplo. Imagina que estás en la cola del supermercado y hay mucha gente, podrías adoptar la actitud de queja, de negatividad, de ir con prisas y de nerviosismo. O bien, puedes adoptar otra actitud mucho más constructiva: ser positivo, decirle al pequeño que en poco tiempo terminará la cola y podréis ir juntos al parque o a realizar una actividad que le guste al pequeño.
2También podemos enseñar al niño a tener paciencia a través del juego: puedes enseñarle a esperar su turno. Imagina que tenéis un juego donde cada parte interviene por orden y hay que esperar el turno de cada uno. Si tu hijo se divierte, entenderá más fácilmente que tiene que esperar su turno para volver a jugar con sus papás y seguir divirtiéndose.
3Si vais a viajar en avión, lo normal es que tengáis largas esperas en el aeropuerto o en el propio avión. En estos casos, para enseñar a un niño a ser más paciente, puedes llevarte juegos que lo entretengan y le diviertan para que la espera se le haga más breve y sobre todo, para que vea que las esperas no tienen por qué ser aburridas, sino que también puede divertirse.
4Una manera muy didáctica de enseñar a un niño a tener paciencia es a través de los cuentos. Puedes dedicar unos minutos al día a contarle un cuento donde a los personajes que son pacientes les ocurren cosas buenas, para que entienda que las personas con esta cualidad tienen su recompensa y que merece la pena ser paciente.
5La causa y consecuencia suele ser muy efectiva entre los más pequeños. Esto significa que cuando tu pequeño se ponga nervioso porque está reclamando a su papá o a su mamá y este no atiende a su llamada porque en ese momento no puede o porque esté haciendo otra tarea más importante, el papá o la mamá deben explicarle que tiene que tener paciencia, que en unos minutos estará con él. Pasados esos minutos, el padre o la madre pueden darle una recompensa al pequeño si este ha cumplido con el objetivo de esperar contento, así entenderá que tener paciencia tiene su recompensa.
6Otra de las maneras más educativas de enseñar a tener paciencia a los niños es a través de las rutinas. Normalmente y esto es más efectivo entre los niños más pequeños, cuando en un hogar se establecen rutinas, los niños son menos proclives a ser impacientes, de tal manera que saben que después de jugar con sus papás, vendrá el baño que suele durar unos minutos y que tras el baño, vendrá la cena y el biberón. Si educamos al pequeño en unas rutinas bien implementadas, obtendremos niños más pacientes.