El trauma infantil puede tener consecuencias de por vida que varían según muchos factores, incluida la edad del trauma original, si el trauma fue un evento aislado o crónico, la presencia o ausencia de apoyo de los padres o del cuidador principal, la resiliencia natural del niño y la gravedad y duración del trauma. Independientemente del tipo de trauma, sus consecuencias pueden dejar heridas emocionales duraderas, lo que aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno de apego en la infancia y el potencial de trauma relacional en la edad adulta, incluidos los sentimientos de profunda soledad.
Las estadísticas actuales sobre la soledad de los adultos son asombrosas. Más del 58 por ciento de los adultos estadounidenses se consideran solos, incluso cuando están en una relación. Se dice que los adultos jóvenes tienen el doble de probabilidades que las personas mayores de experimentar soledad, con el 79 por ciento de las personas entre las edades de 18 y 24 años que afirman sentirse solas. Del mismo modo, el 42 por ciento de los adultos de 18 a 34 años dicen que "siempre" se sienten solos en comparación con solo el 16 por ciento de las personas de 55 años o más.
Estas estadísticas son representativas de los promedios que se observan actualmente en los Estados Unidos. Es probable que las tasas y los porcentajes de personas que han experimentado abuso, abandono o negligencia infantil significativos informen proporciones aún más altas de soledad.
Los sentimientos profundos de soledad se informan comúnmente en las historias de negligencia emocional infantil. Las señales de trauma y soledad relacional en adultos pueden incluir:
- Dificultad para estar solo: a necesidad constante de estimulación o algo para distraerse.
- Dificultad para entenderse a sí mismos o a sus necesidades emocionales.
- Sentimientos profundos de vacío que pueden manifestarse como "aburrimiento".
- Sentirse inútil o fatalmente defectuoso.
- Complacer a la gente.
- Positividad tóxica.
- Límites inconsistentes.
- Sentimientos profundos de vergüenza o culpa.
La soledad puede engendrar más soledad
Debido a que la soledad está ligada a los sentimientos de vergüenza y a no sentirse "lo suficientemente bueno", los adultos que experimentan sentimientos de soledad crónica pueden volverse bastante hábiles para enmascararla y aprender a ocultarla. Por ejemplo, muchas personas que luchan con sentimientos de soledad pueden tratar de compensar en exceso sus sentimientos vulnerables con positividad tóxica, donde "no te preocupes, sé feliz" se convierte en un mantra tóxico que aleja momentáneamente la vergüenza y la soledad.
Pueden deprimirse más o sentirse más incómodos socialmente al tener que mantener una "máscara social" que puede exacerbar los sentimientos de soledad. Otros pueden distraerse a través de relaciones superficiales, automedicarse o procesar adicciones, incluidos los videojuegos. Por ejemplo, un estudio reciente encontró que los sentimientos de soledad, depresión, ansiedad y aburrimiento se correlacionan positivamente con la adicción compulsiva al juego en la edad adulta.
Estos resultados sugieren que cuanto más deprimida, solitaria o aburrida se siente una persona, mayor es el riesgo de que se vuelva adicta a los juegos como una forma de evitar sentimientos más vulnerables que pueden hacer que una persona se sienta más sola.
El trauma infantil está estrechamente relacionado con muchos trastornos, incluidos: fobias sociales, ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático complejo y un mayor riesgo de algunos trastornos de la personalidad. Estas señales de alerta pueden reducir la capacidad de una persona para socializar de manera efectiva. Es posible que algunos no quieran hacer amigos, mientras que otros pueden ser condenados al ostracismo o intimidados, lo que afecta su sentido de valía.
Los niños que experimentan traumas tempranos a menudo tienen dificultades para conectarse con los demás, o solo sienten que son deseados si están "arreglando" o "ayudando" a los demás. Esta dinámica a menudo se generaliza en la edad adulta como la respuesta al trauma del comportamiento "adulador", donde una persona ignora y descuida sus propias necesidades para anteponer las necesidades de los demás a las suyas.
Otro factor que puede aumentar los sentimientos de soledad son las redes sociales. Debido a que las redes sociales facilitan evitar la conexión auténtica con los demás, muchos adultos que luchan con los sentimientos de soledad terminan reforzando negativamente su soledad al "conectarse" con otros en las redes sociales. Cuanto más recurrimos a las redes sociales para llenar un vacío en la conexión, mayor es el riesgo de sentirnos más solos.
Loneliness Lecturas esenciales
De manera similar, si hemos experimentado relaciones narcisistas basadas en "bombardeo de amor", conexiones superficiales o evitación emocional, esto puede hacer que un sobreviviente de un trauma tenga menos probabilidades de arriesgarse en otra relación por temor a atraer otra situación tóxica a su vida. El resultado es que los sentimientos de soledad pueden aumentar, lo que resulta en un mayor aislamiento social.
Superar la soledad
La calidad de nuestras relaciones pesa más que la cantidad cuando se trata de superar los sentimientos de soledad. Al aprender a reconocer lo que estamos sintiendo, podemos comenzar a validar todas nuestras experiencias emocionales. A través de una mejor comprensión de nuestra conexión mente/cuerpo/emoción, nos estamos educando sobre dónde pueden estar nuestras necesidades emocionales insatisfechas. Esto, a su vez, puede ayudarnos a afinar los sentimientos más vulnerables que podemos tener la costumbre de alejar o tratar de evitar, lo que puede incluir sentimientos de soledad.