EsHowto >> Relaciones Familiares >> Niños

Por qué el soborno no es la mejor estrategia con los niños

Mamá le pide a su hijo de cuatro años que limpie su set de trenes cuando termine de jugar. Él se niega.

Ella trata de pedirlo con calma, con la esperanza de que él esté de acuerdo, pero se encuentra con una resistencia continua. Rápidamente vuelve a caer en un patrón que parece tener algo de tracción en su relación: el soborno. "Si limpias tus juguetes, te compraré ese nuevo juguete de Batman que querías", le ofrece ella. Él termina recogiendo uno o dos juguetes.

Aunque este patrón puede traer algunos resultados positivos a veces, el enfoque tiene un problema inherente: esta madre en realidad ha entrenado a su hijo para que la ignore hasta que ella le ofrezca un soborno. Incluso puede aguantar hasta que el precio sea el adecuado.

También hay otra pieza negativa en esta interacción: mamá le está enseñando que asumir la responsabilidad y cooperar están ligados a una recompensa tangible, no a un valor intrínseco. Queremos que los niños aprendan que, junto con el juego, existen responsabilidades. Además, es importante hacer lo correcto para su familia y su propio beneficio.

No hay duda de que hacer que los niños cooperen es realmente difícil, y si encuentras una solución que parece hacer avanzar las cosas, es fácil caer en la trampa de un patrón.

Aquí hay algunos consejos para otras respuestas que podrían conducir a obtener una cooperación más positiva:

  • Da una razón lógica para tu solicitud. En este caso, podrías decir: “alguien puede pisar tu riel y lastimarse, o puede romperlo y ya no lo tendrás cuando lo quieras usar”.
  • Convierte una tarea en un juego. Los niños prefieren jugar que hacer tareas. Si dices: "tú recoges los juguetes rojos y yo recogeré los azules", se vuelve más interesante.
  • Las consecuencias naturales pueden motivar a tu hijo. Cuando dices: “si limpiamos rápido, tendremos más tiempo para leer libros”, puedes ganar la cooperación. Los niños se moverán hacia una actividad placentera más fácilmente.
  • Elogia a tu hijo. Cada vez que haga caso a tu solicitud, asegúrate de mostrar tu aprobación. Podrías decir: “me encanta la forma en que colocas tus libros en el estante. Eres un excelente ayudante”.
  • Asegúrate de organizar la habitación de tu hijo para que cada juguete tenga un lugar. De esta forma, tu hijo aprende a ser más organizado y la tarea de limpiar no parece tan abrumadora.

El objetivo es que tu hijo aprenda que en la vida, junto con el juego, hay responsabilidades y tareas que debe hacer a medida que crece. Estos están vinculados a premios intrínsecos. Tu hijo siente que es más adulto y un buen miembro de la familia.