¿Por qué los niños roban?
Antes de los tres años, los niños no entienden los conceptos de propiedad exclusiva. Saben lo que quieren y lo toman si pueden. Sin embargo, a medida que los niños maduran, se vuelven capaces de diferenciar entre “mío” y “no mío”.
Si descubres que tu hijo ha robado algo, ya sea de un miembro de la familia, un compañero de escuela o una tienda, considera las muchas razones posibles por las que los niños roban:
- Ignorancia. ¿Tu hijo se da cuenta de que lo que ha hecho está mal?
- Tentación. ¿Tu hijo robó algo porque estaba justo ahí y era tentador?
- Atención. ¿El robo de tu hijo refleja una necesidad de atención? ¿Es el objeto robado un sustituto del amor o del afecto? ¿Es acaso un grito de auxilio?
- Venganza o ira. ¿Tu hijo está robando en represalia por algo? ¿Está tratando de igualar las cosas porque alguien más recibe más afecto o regalos?
- Emociones. ¿Tu hijo robó por emoción?
- Prueba de límites. ¿Tu hijo está viendo si lo atraparán y qué sucederá si pasa?
- Generosidad. ¿Tu hijo robó para dar un regalo a familiares o amigos?
- Independencia. ¿Tu hijo robó para demostrar su libertad y autonomía?
- Presión de grupo. ¿Tu hijo robó para poseer algo considerado genial?
- Presumiendo. ¿Tu hijo robó para fanfarronear?
- Falta de dinero. ¿Tu hijo cree que no podría adquirir el artículo robado de otra manera?
- Derecho. ¿Tu hijo siente que merece tener lo que quiera?
En la mayoría de los casos, habrá más de una razón por la que tu hijo haya robado. Es posible que no entienda esas razones, y mucho menos pueda decirte por qué lo hizo.
Cómo responder
Si los niños son muy pequeños, ayúdalos a comprender que robar está mal, que cuando toman algo sin pedirlo o pagarlo, lastiman a otra persona. Háblales sobre cómo pueden arreglar las cosas con la persona o la tienda a la que le quitaron algo.
Si tu hijo está en edad escolar, considera estas recomendaciones:
- Centrarte en la conexión. Al igual que con todos los comportamientos problemáticos, concéntrate en tu conexión con tu hijo. Asegúrate de que sienta tu amor y aceptación, pase lo que pase. Hazle saber que es por eso que te tomas en serio sus robos. Es porque lo amas y lo ves como un miembro valioso de la familia que quieres ayudarle a tomar decisiones diferentes.
- Evita sermonear y castigar. No adoptes un tono duro, llama a tu hijo ladrón o mala persona, ni pronostiques mal comportamiento en el futuro. Las conversaciones negativas y los castigos no resolverán el problema y probablemente lo empeorarán.
- Enséñale a tu hijo por qué es malo robar. Dile a tu hijo que robar no es aceptable en su familia ni en su comunidad porque tú valoras la confianza y la confiabilidad. Ayuda a tu hijo a comprender, con amabilidad pero con firmeza, que el robo tiene tanto una víctima como un perpetrador y que las víctimas generalmente se enojan por ello. La víctima también se sentirá traicionada si es un familiar o amigo porque robar es una violación de la confianza. Las consecuencias varían, pero como mínimo, un ladrón pierde la confianza de los demás.
- Repare el daño. Habla con tu hijo sobre cómo puede corregir el hecho. Asegúrate de que no se beneficie de ninguna manera del robo. Si tu hijo le ha quitado algo a un familiar o amigo, discute formas de devolver el dinero o reemplazar los artículos robados. Si se ha llevado algo de una tienda, considera ir con él de regreso a la tienda y discutir la situación con el gerente. (Dependiendo de las circunstancias, esto puede o no ser una buena idea).
- Evaluar juntos las razones del robo. Revisen la lista de 12 posibles razones para robar mencionadas anteriormente. Pídele a tu hijo que piense como un detective. Le están ayudando a descubrir el problema para que puedan resolverlo juntos. Habla con amabilidad pero con firmeza sobre por qué el robo, tal vez comenzando con las razones que tú crees que son más probables.
- Muestra que la honestidad y la integridad son opciones. Ayúdale a ver que depende de sí mismo elegir la honestidad y la integridad (o la deshonestidad y la trampa). Habla acerca de cómo sentirse bien consigo mismo y vivir en una familia cariñosa y confiable son mucho más valiosos que cualquier cosa que pueda robar.
- Conviértete en un modelo a seguir de honestidad e integridad. No le robes a tu empleador ni a nadie más, ya sea bolígrafos o dinero. Si te dan demasiado cambio en la tienda, devuelve el dinero extra y discute la situación con tu hijo. Cuando le digas a tu hijo que harás algo, hazlo.
- Encuentra otros modelos de honestidad e integridad. Busca libros, videos y biografías que ilustren los beneficios de la honestidad, la integridad, la confianza y el respeto. Señala instancias de honestidad que encuentres en la vida diaria.
- Sorprende a tu hijo siendo honesto. Observa las acciones honestas y elogia a tu hijo por ellas. Por ejemplo, “Gracias por decirme que tomaste esa galleta extra. No estoy feliz de que lo hayas hecho, pero estoy muy feliz de que me lo hayas contado”.
- Sigue adelante. Una vez que hayas discutido el robo con tu hijo y hayan reparado cualquier daño, no vuelvas a mencionarlo. Deja que el niño siga adelante con una pizarra limpia. No quieres que se sienta como un criminal.
- Ayuda a tu hijo a encontrar mejores formas de obtener lo que quiere. Vivimos en una sociedad consumista, donde las tiendas a menudo colocan productos tentadores a la altura de los ojos de los niños. Ayuda a tu hijo a reconocer la tentación y adquirir la confianza de que puede tener las cosas que quiere si trabaja y ahorra para ellas. Tal vez puedas darle a tu hijo una mesada y ayudarlo a planificar compras más grandes. Tal vez puedas ayudarle a encontrar trabajos apropiados para su edad en donde gane dinero y respeto por su cuenta.
- Obtén ayuda si la necesitas. Si el robo continúa o crees que puede ser un síntoma de problemas más complejos o graves, busca ayuda profesional.
Aquí puedes encontrar a profesionales cerca de ti: México, España, Chile, Argentina, Colombia