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El gran debate sobre la alimentación con fórmula de los bebés

El gran debate sobre la alimentación con fórmula de los bebés

En el pasado, algunos expertos en pediatría han afirmado que los bebés alimentados con fórmula pueden experimentar efectos nocivos en su salud y desarrollo. Tales noticias pueden ser muy desalentadoras para las madres con complicaciones en la lactancia o aquellas que deben regresar al trabajo poco tiempo después del nacimiento de su bebé. Cuando se trata de la cuestión de alimentar a los bebés con fórmula versus amamantar a los bebés, hay muchos factores que entran en juego. Lo que es más importante, es vital para la salud emocional de una madre que se sienta apoyada en sus decisiones y que sus decisiones se sopesen tanto con los datos como con sus habilidades.

Acerca de la alimentación con fórmula para bebés

Hay ventajas claras para los bebés alimentados con fórmula, la primera de las cuales tiene en cuenta el hecho de que la lactancia materna no siempre es fácil. Los bebés alimentados con fórmula pueden hacer la transición más fácilmente a un horario de alimentación, ya que no es recomendable administrar un biberón con más frecuencia que cada tres o cuatro horas. Además, para las madres que tienen deficiencias nutricionales, la fórmula en realidad puede proporcionar una fuente de nutrientes más completa que la leche materna empobrecida. El hierro es un mineral particular que puede ser deficiente en la leche materna. Este mineral casi siempre se incluye en la fórmula infantil para aumentar las reservas de hierro de un niño.

Las madres que amamantan pueden sentir vergüenza de alimentar a su hijo en público; mientras que la fórmula se puede mezclar en el sitio y administrar al bebé sin incurrir en timidez. Cuando a un niño se le da biberón con fórmula, también es más fácil para los padres hacer un seguimiento de la cantidad de líquidos que está ingiriendo su bebé.

Algunas madres simplemente no pueden amamantar debido a un suministro de leche comprometido. Estas madres pueden sufrir una gran ansiedad bajo el cuidado de los especialistas en lactancia que simplemente no dejan de luchar, pero hay casos en los que una madre simplemente no produce suficiente leche. Los bebés involucrados experimentarán un crecimiento deficiente hasta que se administre la fórmula. Además, las madres con múltiples pueden descubrir que la lactancia materna no satisface las necesidades inmediatas de sus bebés. La fórmula puede ser una auténtica bendición en tales casos, ya que promueve un horario de alimentación organizado y garantiza que cada bebé reciba la nutrición adecuada.

Los casos anteriores representan las consideraciones de muchas madres que han debatido dentro de sí mismas la idea de si alimentar a su hijo con leche materna o con fórmula.

El Gran Debate

Los beneficios de la lactancia materna han sido ampliamente aclamados por los pediatras durante las últimas décadas. No hay dudas sobre las ventajas médicamente documentadas de la leche materna cuando se trata de cuestiones como la inmunidad y la actividad probiótica, sin mencionar las sensibilidades que un bebé puede tener a los ingredientes de las fórmulas comerciales. La lactancia materna es el medio previsto por la naturaleza para los bebés, e incluso puede afectar la psicología del niño.

Sin embargo, ha habido generaciones de niños estadounidenses para quienes no se promovió la lactancia materna. Las décadas de 1940 y 1950 marcaron una era en la que la lactancia materna se ocultó en gran medida bajo la alfombra, ya que se consideraba obsoleta, animalista y poco sofisticada. Con todos los increíbles beneficios promocionados con respecto a la lactancia materna, es sorprendente que tales generaciones alimentadas con fórmula no produjeran niños enfermizos con alergias y bajo coeficiente intelectual. Este no fue el caso.

A algunas madres se les hace creer que su bebé alimentado con fórmula no recibirá la nutrición adecuada, que se volverá obeso, desmotivado, altamente alérgico y tal vez incluso inferior a sus pares amamantados. Una vez más, este no es el caso. Hay muchos niños brillantes y bien adaptados alimentados con fórmula que crecen para convertirse en adultos con un desempeño igualmente bueno.

Además, hay muchos bebés amamantados que desarrollan alergias alimentarias incluso durante el proceso de lactancia, por lo que la madre debe comprometer su dieta de manera significativa para disminuir las reacciones de su bebé. Además, las inmunidades impartidas a un bebé amamantado tienden a desgastarse después de un período de un año. Los niños que son alimentados con fórmulas orgánicas y se les presenta una dieta completa de sólidos de alimentos integrales orgánicos probablemente continuarán con sus buenos hábitos nutricionales y desarrollarán sistemas fuertes y saludables.

Para las madres que deben alimentar a su bebé con fórmula por una variedad de razones, es importante recordar que este medio de alimentación no es la tapa del ataúd en el futuro de su hijo. Encontrar una fórmula que funcione para su hijo y administrar la fórmula a intervalos razonables puede generar su propia lista de ventajas a largo plazo.