La relación de madre e hijo es una de las más difíciles de analizar y de llevar, así como sucede en las relaciones de pareja o de amistad. Es importante recordar que cada persona posee su personalidad y que hay diferencias debido a esto, causando roces y muchas veces enfado de parte de la madre hacia el hijo o viceversa.
Es muy común escuchar en los hijos en general y, sobre todo, en adolescentes, la típica frase de “mi madre se enfada por cualquier tontería” y aunque puedes estar exagerando, si se puede dar el caso de madres tóxicas que se molesten por la más mínima cosa.
¡Tranquilo, no te angusties! Si tú también te has hecho esa pregunta de por qué mi madre se enfada por todo, en unCOMO, te daremos las posibles causas de por qué sucede esto.
Malas palabras o malas acciones
Muchas veces los hijos tendemos a no decir las mejores cosas de la mejor manera y tenemos que tener en cuenta que nuestra mamá es tan humana como nosotros, siente y dependiendo de su personalidad, puede tomar ciertas cosas de la manera no adecuada. Pasa de igual modo con la desobediencia y la rebeldía, generando un ambiente donde la madre se sentirá herida por las acciones y molestándose por lo mismo.
Tienes que analizar muy bien la forma de ser tu madre, qué le gusta y qué no, partiendo de ahí queda de tu parte, llevar las cosas de la mejor manera e intentar usar las palabras adecuadas para evitar los roces entre ambos.
Nadie es perfecto y en algún momento, sin querer, se generarán molestias por diferencias de pensamiento, sin embargo, no es algo anormal y se puede solucionar si ambas partes ponen empeño.
Exceso de cansancio, puede provocar que tu madre se enoje por todo
El mal humor, las molestias y un ambiente tenso puede verse generado por acumulación de cansancio y agotamiento extremo. Las madres hacen de todo durante el día, desde la mañana hasta altas horas de la noche, si tuvo un día un poco ajetreado en el trabajo o mucha labor en casa, es normal que se encuentre más agotada de lo normal y, por lo tanto, más susceptible.
Cuando se está cansado, al igual como sucede en muchas personas con el hambre, los humores están más alerta y cualquier cosa puede desatar la furia, desde la acción más tonta hasta un olor en específico.
Como hijo, lo que deberías hacer es evitar las situaciones que puedan generar un conflicto y si aún así, tu madre se molesta, evita las discusiones para que la pelea no llegue a mayores. Si la ves así, consiéntela, dale mucho cariño, dile que la comprendes e inclusive ayúdala en lo que necesite, verás que este pequeño cambio le hará relajarse muchísimo más y, aparte, será un hermoso gesto para demostrarle tu amor.
No cumplimos con sus expectativas
En la mayoría de las ocasiones, nuestras madres tienen una idea prefabricada de lo que quieren para nosotros y de cómo quisieran que fuera nuestro comportamiento en diferentes aspectos. Cuando no cumplimos sus expectativas, puede presentarse la decepción o la molestia y, por consiguiente, que se enfade por todo.
Un claro ejemplo son los estudios, donde todas las madres quieren unas buenas notas y los hijos llegan con materias reprobadas; el enfado hace su aparición por no cumplir con lo que ella tanto quería o tanto te pedía, pero como todos somos humanos y no somos perfectos para hacer lo que cada persona desee, fallaremos en algún momento.
La clave está en cumplir con cosas básicas e importantes para tu madre, bien sea en estudios, comportamiento o algún recado que ella te haya indicado; si al momento de hacerlo, igualmente se enfada, es cuestión de dialogar qué ha sucedido y darle a entender de la mejor manera que tú tienes tu propia personalidad y que no siempre actuarás de la forma que ella espera. Recuerda que el diálogo es la clave de una relación sana y próspera, este caso no es la excepción.
La tensión es excesiva
A veces, las cosas se salen de control por ser demasiado. Puede presentarse una acumulación de acciones, palabras y actitudes que generen una explosión de rabia en contra tuya y es algo que puede pasarle a cualquiera. Las madres son personas que están en todo a cada segundo y, en muchas ocasiones, la tensión puede generar disgustos y discusiones.
La solución a esto es hablar y discutir cada problema en su momento, esto es lo mejor para evitar que en cualquier situación la molestia vuelva a aparecer y acumularse con la nueva. Cuando todo se sana, se evitan los conflictos futuros y si de no ser así, en el momento de que suceda esto, la mejor acción es no discutir para no alimentar el fuego.
También pueden servirte de ayuda los consejos que mostramos en el artículo Cómo mejorar la relación con mi madre.