Existen ciertas cualidades y actitudes que ayudarán a nuestros hijos a formarse mejor como persona. Entre estas cualidades podríamos destacar el orden; y es que el orden hará que nuestros pequeños puedan enfrentarse mejor al mundo de los adultos, pues como todos sabemos, una vida ordenada facilita mucho las cosas. Para poder inculcar el valor del orden en el niño, la forma más fácil es hacer que sea ordenado con sus propios objetos. Así pues, si queremos tener éxito en esta enseñanza, quizá nos vengan bien algunos trucos para saber cómo enseñar a un niño a ser ordenado en el hogar.
Pasos a seguir: 1El orden y la disciplina van cogidos de la mano, por este motivo, es buena idea trazar horarios para las comidas, la higiene, el juego y el sueño. Todo ello es importante, y puesto que nuestros hijos quizá son muy pequeños para dar la prioridad necesaria a unos y a otros, es interesante marcarles un horario ordenado para que poco a poco lo interiorice. Evidentemente habrá algún día que este horario no se cumpla. No hay problema, podemos ser flexibles siempre y cuando no cambiemos drásticamente el mismo.
2Ante todo debemos dejar que nuestros hijos nos enseñen su forma de hacer las cosas. Nosotros les damos las herramientas para recoger sus juguetes, lavarse los dientes o vestirse. No obstante, deben ser ellos los que aprendan a ser ordenados en el hogar. No es bueno estar corrigiendo constantemente al niño. Quizá la intención sea más importante, aunque después nosotros tengamos que dar el “toque final”.
3Para que un niño sea ordenado en el hogar, debe tener acceso a las cosas que debe ordenar. Por este motivo, es esencial que su espacio esté organizado de tal forma que todo quede a su alcance. Debemos colocar todo a una altura considerable respecto a nuestros pequeños, ya sean estantes, cajoneras o perchas. De esta forma, aunque en un principio debamos supervisar sus tareas de orden, poco a poco podrán hacerlas ellos solos.
4Si queremos que nuestros hijos sean ordenados en el hogar, debemos involucrarlos en las tareas domésticas. No valen las excusas de “yo lo hago más rápido” o “desordena más que ordena”. Es importantísimo que el pequeño se sienta unido a estas tareas, pues así adquirirá la responsabilidad de hacerlas. Evidentemente no podemos esperar que pasen la aspiradora de primeras, pero si podemos hacer que hagan tareas fáciles como quitar la mesa, limpiarse los dientes, doblar su ropa o hacerse la cama.
5Por último, predicar con el ejemplo. De nada sirve que nuestros hijos sean ordenados si nosotros somos unos auténticos desastres. Así, si organizamos sus juguetes, intentemos que no estén amontonados. Hagamos de ese orden algo lógico, que en un mismo espacio se guarden los libros, en otros los juegos de mesa y en otro los peluches. Este orden lógico será interiorizado mejor por nuestros hijos y conseguiremos niños más ordenados.