Los ejercicios de meditación, también conocidos con el nombre de mindfulness no son solamente para adultos, su realización también aporta numerosos beneficios para los más pequeños de la casa, siempre y cuando se recurran a aquellas actividades que puedan ser adaptadas para ellos.
Entre el gran número de beneficios que se consiguen con la meditación, en concreto, para los niños, se puede destacar una mejora de la concentración, la compresión y evaluación de los sentimientos y emociones propias y ajenas, lo que lleva a incrementar la empatía, aprendizaje del manejo de las emociones y facilidad para tratar con todas las personas del entorno, además de aprender a desenvolverse por sí mismos en cualquier situación. En unCOMO te descubrimos algunos ejercicios de meditación para niños que puedes practicar con ellos.
Consideraciones generales
Antes de explicar los diferentes ejercicios de meditación para niños, es importante tener en cuenta ciertos aspectos generales para la realización de los mismos. Es conveniente recordar que los niños no tienen la misma capacidad de concentración que la mayor parte de los adultos y que, igual que hay momentos en los que los mayores no se encuentran predispuestos a la meditación, también les ocurre a los más pequeños.
Por eso es recomendable que se fijen, dentro de lo posible, unos horarios durante la semana para realizar estos ejercicios. Con que se practique 2 o 3 veces en siete días, con una duración de la sesión de entre 10 y 15 minutos es suficiente. Variará dependiendo de la edad del niño.
Es importante también escoger un lugar tranquilo donde se favorezca la concentración del niño durante esos minutos. También se recomienda que se repitan con más frecuencia aquellos ejercicios que prefiera el niño, para asociar estos momentos de meditación a sensaciones positivas.
Actividades mindfulness para niños: ¿cómo me siento?
Este es uno de los ejercicios que más ayuda al niño a entender sus propias emociones, que siente en cada momento y cómo puede actuar dependiendo de los mismos. También contribuye a que reconozca esos mismos sentimientos en las personas que están en su entorno y en lo que sus actos pueden provocar en ellos.
Se recomienda sentarse en un lugar tranquilo, sin ruidos y con luz no muy fuerte y cerrar los ojos. Se puede abordar la actividad con una pregunta como "¿cómo te sientes?" o "¿te sientes contento o triste?" y dejar que el niño nos explique cómo se siente. Se aconseja preguntar la razón de ese sentimiento para que pueda pensar en lo que le hace sentirse así con la menor ayuda posible por parte del adulto. Con los más pequeños se pueden usar parelismos, por ejemplo de carácter meteorológico (como el sol para estar contento o la lluvia para estar triste) para que sea más divertido y comprensible.
Aprender a respirar
Este ejercicio de mindfulness para niños es muy útil para que el pequeño pueda incrementar su capacidad de concentración y para aprender a relajarse y poder hacer frente a determinadas situaciones de una manera tranquila, además de ayudar a conocerse a sí mismo.
Las técnicas de respiración son claves para los más mayores y los más pequeños. Y para transmitirlas de una manera eficaz, se puede recurrir al uso de un animal, como por ejemplo una rana. Primero, se describe cómo es una rana y se hace referencia a la capacidad que tienen de estar quietas y cómo se hincha su tripa cuando respiran para favorecer la imitación del animal. De esta forma, se enseñará al niño a respirar hinchando y deshinchando el abdomen, con inspiraciones y expiraciones profundas para que aprenda a relajarse.
A describir
Esta actividad favorecerá el desarrollo de la curiosidad por su entorno y el deseo de aprendizaje, además de ayudar a afianzar sus capacidades de intercambio social con otros niños.
Hay que pedir al niño que imagine que vienen a visitar el planeta Tierra unos extraterrestres que nunca han estado en este mundo y que desconocen todos los objetos que hay aquí. Hay que explicarles de una forma muy específica los objetos por los que preguntan, por ejemplo, cualquier tipo de comida. Si se hace referencia a una manzana tendrá que describir su forma, su textura, su sabor, su color..., todo lo necesario para que alguien que no lo haya visto nunca pueda reconocerlo.
Ejercicio para la memoria
Este ejercicio de meditación para niños es muy aconsejable para ayudar a aumentar su capacidad de concentración y para favorecer el desarrollo de la memoria a corto, largo y medio plazo.
Se recomienda aprovechar un momento que se encuentre dentro de la rutina del niño de manera fija, como por ejemplo el camino hacia el colegio o la vuelta a casa. Durante el trayecto, se le pedirá que memorice y que describa cinco cosas que vea, como edificios, para volver a preguntarle por los mismos al día siguiente y que mejore su capacidad de retención y descripción.