Una nueva investigación de la Universidad de Montreal sugiere que los niños que practican deportes y se mantienen físicamente activos durante la primera infancia pueden alterar sus "trayectorias de angustia emocional" de manera que sean menos propensos al trastorno de ansiedad generalizada y la depresión a medida que envejecen.
Estos hallazgos revisados por pares (Harbec et al., 2021) se publicaron el 27 de septiembre en la revista Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics. Marie-Josée Harbec es la autora principal del estudio.
La participación atlética puede crear una espiral ascendente para los niños
La actividad física regular y la participación atlética en un deporte individual o en equipo parecen crear una espiral ascendente para las niñas y los niños durante las etapas fundamentales del desarrollo infantil.
Sin embargo, los niños pueden beneficiarse más de las actividades deportivas y la actividad física regular cuando se trata de compensar su riesgo de angustia emocional y evitar los comportamientos sedentarios que a menudo van de la mano con la ansiedad paralizante y los trastornos depresivos mayores.
Por ejemplo, los niños que practican deportes durante la primera infancia tienden a experimentar menos angustia emocional durante la niñez media, lo que parece hacerlos más propensos a permanecer físicamente activos durante la adolescencia temprana, lo que fortalece su resiliencia psicológica en la adolescencia.
"Por el contrario, los niños que experimentan síntomas de depresión y ansiedad pueden estar más aislados socialmente y tener un menor nivel de energía y menores sentimientos de competencia, lo que a su vez podría influir negativamente en la participación en la actividad física", dijo la autora principal Linda Pagani en una noticia liberación.
Al comienzo de este estudio, Pagani y Harbec tenían dos objetivos. Primero, los investigadores querían aclarar la relación recíproca a largo plazo entre la actividad física y las trayectorias de angustia emocional en los niños en edad escolar. En segundo lugar, querían investigar si la actividad física y la participación deportiva entre los 5 y los 12 años afectaban las trayectorias de angustia emocional de manera diferente en niños y niñas.
Los investigadores pidieron a los padres de 690 niños y 748 niñas que completaran encuestas diseñadas para evaluar la actividad física y la participación deportiva durante la niñez temprana y media. También hicieron que los maestros evaluaran el nivel de síntomas de angustia emocional observados en la escuela desde los 6 a los 10 años.
La actividad física afecta las trayectorias de angustia emocional de manera distinta entre niñas y niños
"Los niños que practican deportes en la etapa preescolar pueden beneficiarse de actividades físicas que les ayuden a desarrollar habilidades para la vida, como tomar la iniciativa, trabajar en equipo y practicar el autocontrol, y entablar relaciones de apoyo con sus compañeros y entrenadores e instructores adultos", señalan los investigadores.
"Para las niñas, los riesgos de depresión y ansiedad y los factores de protección funcionan de manera diferente", dijo Harbec. "Las niñas son más propensas que los niños a buscar ayuda y revelar su angustia emocional a familiares, amigos o proveedores de salud, y el apoyo psicológico de estos lazos sociales las protege mejor".
"Además, los niños que exhibieron niveles más altos de síntomas depresivos y ansiosos durante la niñez media fueron posteriormente menos activos físicamente a los 12 años. Para las niñas, por otro lado, no encontramos ningún cambio significativo", agregó Pagani.
En conjunto, estos hallazgos sugieren que promover la actividad física y la participación deportiva desde una edad temprana puede ser una forma efectiva de mejorar la resiliencia psicológica de los niños y compensar su riesgo de angustia emocional durante la niñez media. Si la angustia emocional se minimiza entre los 6 y los 10 años, es más probable que los niños se mantengan activos y menos propensos a experimentar ansiedad y síntomas depresivos durante la adolescencia temprana.