A medida que la vacuna contra el COVID-19 esté disponible para los niños pequeños, los padres pueden preguntarse cómo preparar mejor a sus hijos para afrontar el dolor y el estrés típicamente asociados con las vacunas para niños pequeños. ¿Hay algo que los padres puedan decir o hacer para reducir la angustia asociada con una vacuna?
Un estudio publicado en julio de 2021 encontró que lo que dicen los padres en el primer minuto después de una inyección puede marcar la diferencia en la reducción de la angustia de un niño. Este estudio incluyó a 760 niños en edad preescolar (de 4 a 5 años de edad) en el área metropolitana de Toronto y es el estudio más grande del mundo que examina a los cuidadores y a los niños durante las vacunas infantiles. Los investigadores observaron a los niños y sus interacciones con sus padres o cuidadores durante una vacunación estándar.
En el primer minuto después de la inyección, el uso de declaraciones de afrontamiento (como "ya lo lograste" o "te sentirás mejor pronto") en realidad se asoció con más angustia en los niños en comparación con los padres que no usaron estas declaraciones. Además, tratar de distraer a los niños hablando de otra cosa también se asoció con más angustia en el primer minuto después de la inyección.
Sin embargo, en el segundo minuto después de la inyección (cuando el niño presumiblemente estaba más tranquilo), las declaraciones de afrontamiento ("ya lo lograste" o "te sentirás mejor pronto") se asociaron con menos angustia. En el segundo minuto, los comentarios que producían angustia (como "no seas un bebé") se asociaron con más angustia.
Además, la angustia del niño antes de la inyección se asoció con angustia después del disparo, lo que enfatiza la importancia de mantener a los niños tranquilos antes de la inyección.
Entonces, ¿qué deben hacer los padres para reducir la angustia relacionada con una vacuna?
- Antes de la vacuna, intenta mantener a tu hijo lo más calmado posible. Participa en estrategias de afrontamiento con ellos (como respiración profunda, relajación muscular progresiva y visualización) para mantener su estado de calma.
- Inmediatamente después de la inyección (menos de un minuto después de la inyección), ayuda a tu hijo a mantener la calma y a aplicar estrategias físicas como abrazar o tomar de la mano.
- No utilices frases de afrontamiento ni intentes distraer a tu hijo inmediatamente después de una inyección. Es probable que esto aumente su angustia.
- Cuando tu hijo comience a calmarse (más de un minuto después de la inyección), usa frases de afrontamiento (“ya lo lograste”; “el dolor terminará pronto”).
- Nunca critiques ni invalides el miedo o la angustia de un niño relacionado con una vacuna.
¿Por qué importa esto? La investigación encuentra que ayudar a los niños a sobrellevar con éxito la angustia relacionada con una vacuna puede reducir sus posibilidades de desarrollar una fobia a las agujas y evitar futuras vacunas u otra atención médica esencial.