Es posible que un niño que está siendo acosado no sepa cómo pedir ayuda o se sienta demasiado avergonzado para hacerlo. Como padre, sea consciente de las señales para que, si las ve en su hijo, pueda tener una conversación y encontrar la ayuda adecuada.
1. Conductas autolesivas
Los niños que tienen dificultad para expresar sus emociones, o sienten que no tienen salida para hacerlo, pueden volverse autodestructivos como una forma de interiorizar su dolor. En un estudio longitudinal, el 56 % de los niños que sufrían acoso con frecuencia se autolesionaban. Es posible que observe los siguientes signos:
- Manchas de sangre en su ropa o artículos personales
- Nuevos cortes en brazos y piernas, aunque muchos niños ocultarán sus cortes haciéndolos debajo de los senos y alrededor de la parte interna de los muslos
- Ardor, rascado o pinchazo en la piel
- Arrancamiento del cabello, también conocido como tricotilomanía, del cuero cabelludo, las cejas y las pestañas.
- Usar ropa que oculta heridas
- Se vuelve reservado o se pone a la defensiva cuando se le pregunta sobre sus elecciones de ropa (mangas largas durante el verano, por ejemplo) o manchas de sangre.
Qué pueden hacer los padres
Habla con amabilidad con tu hijo sobre algunos comportamientos que hayas notado. Puedes decir:"Durante la última semana, noté que tienes algunos rasguños nuevos en el brazo. Quiero que sepas que puedes hablar de cualquier cosa y que te quiero mucho". También es importante encontrar un terapeuta que se especialice en conductas autolesivas en niños y adolescentes.
Si su hijo se sincera y nombra al acosador, notifique a la escuela para que se resuelva el problema. Desafortunadamente, notificar a la escuela no siempre resolverá el problema. En ese caso, piense en otras opciones, como cambiar de escuela, educación en el hogar o clases en línea para garantizar la seguridad de su hijo.
2. Síntomas de ansiedad
Los niños que experimentan intimidación regularmente pueden desarrollar ansiedad como la forma en que su cuerpo trata de protegerlos y advertirles del peligro. Un estudio de alrededor de 92 estudiantes concluyó que el acoso en persona y en línea muestran una asociación significativa con la ansiedad. Puede ver:
- Aumento del comportamiento o hábitos nerviosos
- Ansiedad social recientemente desarrollada, lo que significa que su hijo ya no se siente cómodo en situaciones sociales
- Fobias que no existían antes, como el miedo debilitante de ir a la escuela o estar en grandes multitudes de personas
- Ataques de pánico, especialmente durante el horario escolar
- Inquietud, dificultad para dormir y dificultad para concentrarse
Qué pueden hacer los padres
Comience hablando con su hijo sobre lo que está viendo y pregúntele si ha notado algún cambio en su comportamiento últimamente. Si su hijo está abierto a la conversación, intente enseñarle algunos ejercicios de relajación, como técnicas de respiración profunda y atención plena para ayudar a aliviar su ansiedad. Otros trucos para ayudar a disminuir la ansiedad incluyen hacer una lista de reproducción nocturna de música suave y relajante.
Si bien desea ayudar a su hijo con herramientas que pueden disminuir la ansiedad, también es importante que hable. Anímelos a expresar sus emociones, tanto buenas como malas. Asegúrese de modelar este comportamiento para ellos de manera adecuada. Además, no aborde este gran problema solo. Busque un consejero o grupo de apoyo que se especialice en ansiedad infantil y adolescente.
3. Rasgos depresivos
Un estudio longitudinal de 50 años observó que los niños que sufrían acoso tenían un mayor riesgo de desarrollar depresión como adultos jóvenes y adultos de mediana edad en mayor grado que sus compañeros que no sufrían acoso. Los niños que son acosados con frecuencia también son propensos a desarrollar síntomas de depresión durante su infancia, lo que hace que la intervención temprana sea fundamental. Puede notar:
- Estado de ánimo depresivo crónico de bajo grado, también conocido como distimia
- Cambios en el apetito, ya sea con un aumento o disminución de la ingesta
- Dificultad para dormir y posiblemente despertarse con frecuencia
- Ya no quiere participar en actividades o pasatiempos que alguna vez disfrutó
- Bloques de ira, tristeza y agitación
- Sentimientos de aislamiento
- Posibles pensamientos suicidas o comentarios suicidas pasivos
Qué pueden hacer los padres
Si su hijo tiene un plan, un medio y una intención suicida inminente, asegúrese de obtener ayuda de inmediato. Puede llamar a la policía y solicitar un chequeo de bienestar o hacer que lo vigilen en el hospital hasta que se hayan estabilizado. A partir de ahí, asegúrese de incluirlo en un programa intensivo o en un programa de terapia de varias semanas con alguien que se especialice en depresión infantil o adolescente.
Hable con ella sobre su estado de ánimo y si ha notado algún cambio. Comparta amablemente sus observaciones y trabaje con ella en habilidades de afrontamiento saludables como escribir, pintar, salir a caminar y hablar con un ser querido o un amigo de confianza. Además, anime y fomente una conexión social para ayudar con los sentimientos de aislamiento. Finalmente, ayúdelo a tener un horario de sueño regular.
4. Evitar
Si su hijo sufre acoso escolar con frecuencia, es posible que comience a evitar ciertos lugares y actividades como una forma de protegerse de posibles encuentros. Un estudio sobre adultos y niños en edad escolar indicó que la evitación era uno de los síntomas más frecuentes experimentados por las víctimas de acoso escolar. También puede notar:
- Miedo o ansiedad en torno a ciertos lugares o personas
- Otros síntomas del TEPT, como nerviosismo, escenas retrospectivas y pensamientos intrusivos
- Vacilación o resistencia a ir a la escuela o a actividades extracurriculares en las que pueda encontrarse con el agresor
- Ira o actitud defensiva cuando se le confronta por sus conductas de evitación
Qué pueden hacer los padres
Aunque esto pueda parecer frustrante, sea amable con su hijo e intente que le ayude a entender lo que está pasando. Es especialmente importante tratar de tomar nota de dónde o qué está evitando. Esto podría darle pistas sobre con quién ir a hablar o quién está involucrado. Sin embargo, asegúrele a su hijo que su seguridad es de suma importancia para usted y si hay algo que pueda hacer para ayudar, hágaselo saber.
5. Elementos perdidos o rotos
Su hijo puede llegar a casa con artículos personales o relacionados con la escuela rotos si está siendo intimidado. También es posible que le roben artículos mientras está en la escuela. Tenga en cuenta:
- Las pertenencias de su hijo y cuáles están dañadas o faltan
- Ciertos artículos que su hijo se negó a llevar a la escuela debido a su valor emocional
- Su hijo está molesto o enojado por los artículos que faltan o están dañados
- Su hijo puede tratar de ocultar su respuesta emocional cuando se le pregunta sobre los artículos perdidos o dañados
Qué puedes hacer
Manténgase en contacto con el maestro de su hijo, especialmente si comienza a notar cosas que se pierden o se dañan. Asegúrese de hablar con el maestro de su hijo para ver si sabe qué pudo haber pasado con las cosas. Además, asegúrese de que su hijo sienta que lo apoya y que le cree si revela lo que sucedió.
6. Cambios en el rendimiento escolar
Los niños que son intimidados tienden a tener dificultades para estar presentes en el salón de clases debido al ambiente hostil al que están sujetos. Puede notar:
- Calificaciones decrecientes y tareas o proyectos perdidos
- Su maestro puede pedir reunirse con usted debido a su comportamiento retraído
- Puede abandonar una clase que tiene con el acosador o todo el día
- Puede mostrar una falta de esfuerzo hacia el trabajo escolar a pesar de tener calificaciones altas y un interés en aprender el material.
Qué puedes hacer
Lo primero que debe hacer es consultar con su maestro si comienza a notar estos signos. Ella puede tener una idea adicional sobre cómo manejar la situación. Anime a su hijo a que también hable con su maestro o vaya a un consejero de compañeros en la escuela. Créale a su hijo y bríndele apoyo emocional si decide hablar sobre el acoso.
Cómo ayudar a su hijo
La intimidación aumenta el riesgo de que los niños desarrollen trastornos psicosomáticos, por lo que es fundamental que preste atención a las sutiles señales de advertencia que su hijo le muestra. En todos los escenarios, es importante tratar de abordar el comportamiento de intimidación a través de la escuela (u otra autoridad a cargo en el lugar donde ocurre la intimidación).
Al ser proactivo, puede ayudar a su hijo a encontrar una salida saludable para sus emociones y garantizar su seguridad física y emocional. Si es posible, comience a hablar con su hijo sobre el acoso escolar cuando comience la escuela y continúe la conversación a medida que crezca. De esa manera, será un tema de discusión normalizado y puede ser más fácil para su hijo discutirlo con usted si surge.