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6 Cosas que distinguen a los padres emocionalmente inteligentes

6 Cosas que distinguen a los padres emocionalmente inteligentes

Le sirves a tu hijo su desayuno favorito, en su plato favorito en su asiento favorito en la mesa. ¿Y qué recibes a cambio? Un agudo "¡ODIO este platillo!"

“Pero este es tu desayuno favorito ¡Tú me lo dijiste!”

“NOOOO…”

“¡Pero la semana pasada te lo comiste felizmente!”

“NOOOO…”

Y así en adelante.

¿No es frustrante cuando no puedes hacer que tu hijo entre en razón? ¿Cuando no puedes ayudar a tu hijo pequeño a comprender la lógica dura?

No todas las batallas de crianza de los hijos se ganan con pura razón y lógica. Muchos de ellos requieren consciencia y empatía.

La consciencia emocional y la capacidad de manejar las emociones es la piedra angular de la crianza emocionalmente inteligente. Fomentar un desarrollo emocional saludable para los niños determinará qué tan exitosos y felices serán durante toda la vida.

Un estudio longitudinal de 19 años publicado en el American Journal of Public Health por Jones et al. (2015) muestra que las habilidades socioemocionales del niño a los 5 años pueden predecir el éxito de por vida, como la capacidad de obtener un título universitario y conseguir un trabajo de tiempo completo a los 25 años.

Afortunadamente, el cociente emocional de una persona no está escrito en piedra y se puede mejorar con la práctica (Mattingly y Kraiger, 2019). Entendamos cómo los padres emocionalmente inteligentes pueden ayudar a sus hijos a aprender estas habilidades. En efecto, esto es lo que los diferencia de los adultos que no practican estas habilidades.

1. Se cuidan a sí mismos. La crianza de los hijos es uno de los roles más difíciles del mundo. Los padres emocionalmente inteligentes son compasivos con ellos mismos. Entienden que necesitan mantener su taza llena, que enfatizar su propio bienestar los hará más pacientes, alegres y enérgicos. Reconocen que sus necesidades son válidas e invierten recursos en practicar el autocuidado. Cuando se sienten agotados o abrumados, toman medidas para corregir el rumbo y priorizarse.

2. Se enfocan en la conexión. Establecer un vínculo entre padres e hijos es una de las prioridades más importantes de los padres emocionalmente inteligentes. Nuestras vidas modernas, marcadas por sus presiones y distracciones, nos dejan estresados ​​y desconectados. Al ocuparnos de todas las tareas pendientes, parece que la conexión con nuestros hijos queda fuera de nuestro tiempo libre. Sin embargo, conectar con nuestros hijos, estar completamente presente con ellos en el momento y enfocar el 100% de nuestra atención en ellos, no necesita mucho tiempo.

Los padres emocionalmente inteligentes trabajan para enriquecer su vínculo con su hijo de maneras grandes y pequeñas, creando micro-momentos de conexión, teniendo rituales diarios (o semanales o mensuales) o creando recuerdos especiales juntos.

3. Practican el coaching de emociones. Entrenar a tu hijo en las emociones implica recibir indicaciones sobre los sentimientos de tu hijo (y los propios), ayudar a tu hijo a identificar y nombrar tus sentimientos y permitir la regulación emocional. Los padres emocionalmente inteligentes no descartan ni critican los sentimientos de tus hijos. Siguen el mantra: todos los sentimientos están bien (aunque entienden y le transmiten a su hijo que algunos comportamientos no están bien). Ven los sentimientos difíciles de sus hijos como oportunidades para sentir empatía, conectarse y enseñar. Capacitan a sus hijos para que descubran estrategias para enfrentar situaciones emocionalmente difíciles.

4. Disciplinan para enseñar, no para castigar. Disciplinar implica enseñarle a tu hijo lo que esperas de él. Los padres emocionalmente inteligentes se enfocan en establecer límites y barreras, y las consecuencias de romper esos límites, respetuosamente. No disciplinan para castigar. Entienden que la coherencia y el apoyo contribuyen en gran medida a que los niños se adhieran a las reglas y los límites. También entienden que gritar, ignorar o castigar puede llevar a los resultados deseados a corto plazo, pero a la larga, no permiten que los niños aprendan habilidades para manejar su comportamiento.

5. Desarrollan la motivación intrínseca de sus hijos. La motivación intrínseca es la capacidad de persistir y continuar con una tarea a pesar de los obstáculos y sin buscar la aprobación de los demás. Los padres emocionalmente inteligentes ayudan a sus hijos a establecer metas (ya sean académicas, quehaceres del hogar, pasatiempos o incluso actividades de ocio) y ayudan a sus hijos a visualizar los pasos necesarios para alcanzar esas metas. Refuerzan los esfuerzos de su hijo en una tarea en lugar de en el resultado y enseñan y modelan el amor por el desafío y la perseverancia ante la dificultad.

6.Inculcan valores en sus hijos. Los valores son las creencias que cada persona considera importantes para sí misma y para la humanidad en su conjunto. Dado que tienen un impacto tan profundo en nuestros comportamientos, actitudes y decisiones, los valores son cruciales en la crianza de los hijos. Los padres emocionalmente inteligentes trabajan para identificar sus propios valores y comunicárselos a sus hijos. Sin embargo, se dan cuenta de que simplemente decirle a su hijo que sea más honesto, trabajador, agradecido o compasivo, no funciona mejor que decirle a los adultos que lo sean. Modelan los valores que defienden y etiquetan y refuerzan la expresión de valores. Discuten por qué toman ciertas decisiones basadas en sus valores y fomentan las iniciativas de sus hijos que expresan valores incipientes.

Entonces, en lugar de decir: “¡Sabes que te encanta este platillo! ¡Es tu desayuno favorito! un padre emocionalmente inteligente dice: "Parece que estás decepcionado con este platillo para el desayuno. Estás de humor para algo diferente". Reconocen los sentimientos difíciles de su hijo y no comienzan a preparar otra cosa con irritación.