En un mundo en el que las personas se preocupan cada vez más por lo que comen, es probable que te estés preguntando si algunos de los alimentos que consumen tus niños y adolescentes podrían provocarles más ansiedad, depresión o incluso tendencias suicidas. Es comprensible que muchos padres estén preocupados por lo que le están dando de comer a sus hijos, por lo que es importante pensar en el valor nutricional de lo que se les da de comer y los daños potenciales de algunos aditivos alimentarios.
Los colorantes de alimentos y la hiperactividad infantil
Comúnmente las comidas procesadas tienen colorantes y aditivos alimentarios agregados, la comida rápida, los pasteles, los postres, los helados y los refrescos son todos ejemplos de esto. Los aditivos les otorgan una mayor longevidad o un tono o una textura de apariencia agradable que, según los fabricantes, ayudará a la venta del producto. La tecnología moderna y la ciencia de los alimentos han dado lugar a desarrollos fascinantes en el aspecto y el sabor de los alimentos a través de aditivos alimentarios naturales o artificiales. Si bien muchos de ellos son seguros para el consumo humano, las investigaciones muestran que algunos aditivos de los alimentos aumentan el riesgo de ciertos síntomas de salud física o mental.
Las investigaciones muestran que los niños tienden a comportarse de manera hiperactiva después de consumir alimentos que contienen algunos colorantes alimentarios artificiales, y que la hiperactividad se reduce después de que estos aditivos alimentarios se eliminan de la dieta de los niños. Los investigadores encontraron que estos hallazgos se aplican ya sea que los niños tengan o no un diagnóstico de un trastorno de hiperactividad como el TDAH. Los investigadores teorizan que algunos aditivos de los alimentos tienen un efecto nocivo en el comportamiento infantil porque activan ciertos procesos genéticos, lo que sugiere que los niños que podrían tener una predisposición genética a algunos trastornos del comportamiento deberían considerar limitar el consumo de aditivos alimentarios artificiales. Incluso entonces, la investigación muestra que los niños sin ningún diagnóstico formal (por ejemplo, TDAH) también pueden beneficiarse al reducir o suspender el consumo de dichos aditivos..
La Agencia de Normas Alimentarias del gobierno del Reino Unido identifica los siguientes números de alimentos que probablemente hagan que los niños sean más hiperactivos: E102 (tartrazina), E129 (rojo Allura), E124 (ponceau 4R), E122 (carmoisina), E110 (amarillo ocaso FCF) y E104 (amarillo de quinoleína). Los padres pueden querer considerar no alimentar a los niños y adolescentes con alimentos que contengan estos aditivos.
La comida rápida y la salud mental de los adolescentes
Hay mucha evidencia de que comer alimentos procesados, que tienden a contener aditivos alimentarios para mejorar su textura, sabor o longevidad, está relacionado con sentirse deprimido. Un estudio encontró que, cuanto más comían los jóvenes comida rápida, galletas, dulces y refrigerios, más deprimidos se sentían, aunque podría ser que las personas que se sienten deprimidas tienden a recurrir a esos alimentos, tal vez como un consuelo para ayudarlos a sentirse mejor. Otro estudio examinó datos de 105,061 adolescentes de 12 a 15 años y tomó muestras de 32 países. El estudio encontró que más de la mitad de los adolescentes consumían comida rápida y que los adolescentes que lo hacían tenían un riesgo ligeramente mayor de intentar suicidarse que los adolescentes que no lo hacían.
Otro estudio de 2,742 adolescentes de 12 a 15 años encontró que aquellos que bebían refrescos carbonatados tres o más veces al día tenían el doble de probabilidades de sufrir trastornos del sueño relacionados con la ansiedad, en comparación con los adolescentes que los bebían una o menos veces al día. Asimismo, el estudio encontró que los adolescentes que consumían comida rápida tres o más veces a la semana tenían más del doble de probabilidades de sufrir trastornos del sueño relacionados con la ansiedad, en comparación con los adolescentes que no consumían comida rápida la semana anterior.
Para algunos niños y adolescentes, sentirse deprimidos puede hacer que deseen comprar comida rápida o bocadillos procesados. Para aquellos que se sienten más deprimidos después de comer alimentos procesados, es probable que la explicación sea multifacética. Es probable que los alimentos procesados tengan menos nutrientes esenciales debido a los ingredientes o los métodos de fabricación, mientras que muchos nutrientes esenciales son útiles para la salud mental. Además, puede darse el caso de que los alimentos procesados tengan más aditivos alimentarios, y que estos estén relacionados con una peor salud mental.
Consejos para los padres
Es posible que a los padres les resulte difícil determinar qué aditivos alimentarios pueden ser dañinos y cuáles no, por lo que es importante investigar. Muchos tipos de comida rápida, alimentos procesados, dulces y refrescos contienen aditivos alimentarios artificiales que podrían no ser buenos para la salud mental y eso podría explicar en parte por qué los niños y adolescentes que consumen muchos de ellos tienen un mayor riesgo de depresión, ansiedad , alteración del sueño e intento de suicidio.
Algunos tipos de comida rápida y alimentos procesados (por ejemplo, comidas preparadas) no contienen aditivos alimentarios artificiales, por lo que la clave es leer las etiquetas y estar al tanto de lo que comen sus hijos. Los padres deben ser conscientes de que la pregunta no es simplemente si un aditivo es natural o artificial. Por ejemplo, algunos aditivos artificiales (es decir, los que se fabrican químicamente) no tienen problemas de seguridad en humanos conocidos, mientras que algunos aditivos alimentarios naturales tienen problemas de seguridad, como la soja que se agrega comúnmente a las comidas preparadas y los alimentos procesados, sin embargo, los investigadores advierten a los padres considerar limitar el consumo de soja por parte de bebés y niños en desarrollo.
Si estás a punto de hornear algo delicioso para tu familia y está eligiendo entre colorantes para los alimentos, si estás considerando salir a comer o si estás comprando comidas familiares y mirando los ingredientes en los paquetes, saber las implicaciones de los alimentos para la salud mental de los aditivos pueden ser muy útil.