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Los bebés y la materia gris, la flexibilidad cognitiva en los bebés

Por Maithri Sivaraman y Tricia Skoler

Imagina que estás en tu viaje diario al trabajo que involucra unos pocos kilómetros en la autopista. Ves señales de tráfico en la entrada a la autopista y tomas una ruta diferente que te permite llegar a tiempo al trabajo. Este cambio de comportamiento en respuesta a una situación ambiental cambiante es lo que los psicólogos llaman flexibilidad cognitiva. Los humanos empleamos esa adaptabilidad y flexibilidad a diario varias veces en diferentes situaciones. Estamos obligados a actualizar nuestro enfoque de una tarea cada vez que hay nueva información disponible. Esto también se conoce como pensamiento flexible.

Los bebés y la materia gris, la flexibilidad cognitiva en los bebés

Los estudios que evalúan la flexibilidad cognitiva generalmente implican completar una tarea utilizando un conjunto definido de reglas y, una vez que se ha realizado la tarea, los participantes deben completar la misma tarea utilizando un conjunto modificado de reglas. Investigaciones recientes han demostrado que los bebés pueden ser cognitivamente flexibles. En un estudio publicado en la revista Nature, los investigadores realizaron una tarea en la que los bebés de 12 meses fueron premiados primero por mirar hacia un lado de una pantalla. Posteriormente, cambiaron a recompensar a los bebés solo si miraban al lado opuesto de la pantalla. Se observó que los bebés inhibían rápidamente la respuesta recompensada originalmente y demostraban la respuesta novedosa de mirar hacia el lado opuesto de la pantalla.

¿Por qué el enfoque hacia la flexibilidad cognitiva?

Los estudios longitudinales han demostrado que los bebés con mayor flexibilidad cognitiva muestran mejores resultados académicos en la escuela con respecto a sus habilidades de lectura, habilidades matemáticas y desempeño de tareas relacionadas con las ciencias. Además, esta habilidad puede transferirse a la flexibilidad emocional en términos de actualizar los procesos de pensamiento de uno para manejar una situación difícil durante las últimas etapas de desarrollo. Por ejemplo, cuando mi fisioterapeuta me aconsejó hacer yoga en lugar de correr durante la recuperación de una lesión, esto implicó adaptar mi respuesta emocional inicial para dejar algo que me encanta hacer (correr) y aceptar el cambio por algo que no me gusta mucho (yoga). Tal flexibilidad brinda mayor felicidad en un mundo en constante cambio.

Los bebés y la materia gris, la flexibilidad cognitiva en los bebés

¿Cómo podemos promover la flexibilidad cognitiva en los infantes?

Un comienzo simple es interactuar con el mismo juguete de diferentes maneras. Tomemos el ejemplo de un juguete que se encuentra comúnmente: un juego de anillos apilables. Por lo general, se ofrece una versión bastante rígida del juego: los niños los apilan en orden ascendente (o descendente) de tamaño; es un problema simple con una sola forma de resolverlo. Sin embargo, otros conjuntos de apilamiento ofrecen múltiples formas de juego. Las piezas individuales están diseñadas para apilarse en diferentes orientaciones, lo que deja al niño libre para abordar el problema de apilamiento con múltiples conceptos más allá del tamaño, incluidos los colores, la construcción y el equilibrio. Jugar así previene la rigidez mental involuntaria que puede surgir cuando los bebés piensan de una sola manera cuando se trata de un juguete. En efecto, juguetes como este preparan a los bebés para adaptar su pensamiento y comportamiento a un entorno cambiante.