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¿Los padres deben elogiar a sus hijos?

La mayoría de los padres amorosos sienten un deseo natural de elogiar a sus hijos. Sin embargo, recientemente parece haber surgido una reacción violenta contra los elogios, particularmente en las redes sociales. Algunos han argumentado que elogiar a los niños hará que se vuelvan demasiado dependientes de la validación de los demás y, en última instancia, reducirá su motivación interna para participar en el comportamiento por el que se los elogia. Entonces, ¿qué nos dice realmente la investigación sobre elogiar a los niños? ¿Es una forma eficaz de animar a los niños y mejorar la relación padre-hijo? ¿O hará que los niños dependan demasiado de la aprobación de los demás y que carezcan de motivación interna?

La investigación sugiere que los elogios generalmente tienen un impacto positivo en los niños, ya que los elogios se han asociado con un mejor rendimiento académico, una mayor motivación intrínseca para participar en un comportamiento amable y servicial y una mayor competencia social. Los elogios también se asocian con un aumento de la materia cerebral en un área del cerebro asociada con la empatía, la escrupulosidad y la mentalidad abierta. Finalmente, los elogios son un principio básico de la crianza positiva, según lo definido por la investigación, y es una parte esencial de la mayoría de los programas de crianza basados ​​en evidencia.

Sin embargo, la investigación sí encuentra que la forma en que elogias a tu hijo es importante y que algunos tipos de elogios pueden ser mejores que otros tipos de elogios. Entonces, ¿cómo debes elogiar a tus hijos exactamente? Aquí hay 7 consejos basados ​​en evidencias para elogiar a los niños de manera efectiva.

1. Elogia el proceso, no a la persona

Elogia el esfuerzo, la estrategia y el proceso de su hijo, en lugar de elogiar los rasgos que no se pueden cambiar tan fácilmente (como la inteligencia, el atletismo o la belleza). La investigación encuentra que este tipo de “elogio del proceso” mejora la motivación interna de los niños y la persistencia frente al desafío. El "elogio de la persona" (es decir, elogiar los rasgos asociados con la persona) tiende a hacer que los niños se fijen más en sus errores, se rindan más fácilmente y se culpen a sí mismos.

2. Utiliza elogios de apoyo, no de control

La investigación sugiere que los elogios deben apoyar la autonomía de tu hijo y alentar su propio juicio de sí mismos. Por ejemplo, "parece que realmente lo disfrutaste" en lugar de "me hace muy feliz cuando marcas un gol".

3. Evita usar elogios de comparación

Cuando usas elogios para comparar a tu hija con otros niños, parece mejorar el rendimiento a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo, esta práctica puede estar relacionada con individuos que juzgan su desempeño solo en relación con otras personas en lugar de alcanzar sus propias metas o disfrutar de la actividad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos hallazgos pueden no aplicarse a personas de culturas colectivistas.

4. Usa elogios específicos en lugar de generales

Las investigaciones encuentran que los elogios con información específica ayudan a los niños a aprender cómo mejorar su comportamiento en el futuro. Por ejemplo, “hiciste un muy buen trabajo al devolver tus juguetes a la basura cuando terminaste de usarlos” ayuda a los niños a aprender una expectativa específica. Si simplemente dices "buen trabajo" después de que tu hijo levante sus juguetes, es posible que no sepa a qué te refieres. Sin embargo, también es importante mencionar que un estudio reciente encontró que incluso los elogios generales y vagos ("sí" en este estudio) pueden no socavar la persistencia o hacer que los niños se vean a sí mismos de manera más negativa. La única preocupación con este tipo de elogio general es que puede que no les dé a los niños una idea de cómo mejorar en el futuro.

5. Usa gestos para elogiar

La investigación también sugiere que puede ser útil usar gestos (chocar los cinco, pulgares arriba) para animar a tus hijos de vez en cuando. La investigación ha encontrado que los gestos pueden incluso ser muy efectivos para mejorar la autoevaluación de los niños, es decir, su propio juicio de cómo lo hicieron y cómo se sienten al respecto.

6. Da elogios sinceros

Las investigaciones sugieren que cuando los niños perciben que sus padres los están elogiando demasiado o menospreciando de más su desempeño, es más probable que experimenten depresión y un rendimiento académico más bajo. La investigación también encuentra que los elogios demasiado efusivos (como, “ese es el dibujo más hermoso que he visto en mi vida”) se asocian con niños que desarrollan baja autoestima, evitan los desafíos y se vuelven demasiado dependientes de los elogios.

7. Combina los elogios con atención positiva

Los elogios más una atención positiva o una respuesta no verbal positiva (abrazo, sonrisa, palmadita u otro tipo de afecto físico) parecen ser los más efectivos para mejorar el comportamiento de los niños.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los padres no tienen que seguir todas estas reglas a la perfección. Por ejemplo, la investigación encuentra que mientras la mayoría de los elogios que los niños escuchan (al menos tres de cada cuatro veces) son elogios del proceso, los niños muestran una mayor persistencia y una mejor autoevaluación.

En resumen, los elogios aumentan la motivación y la perseverancia y mejoran el comportamiento cuando son sinceros, sugieren que el niño tiene control sobre cómo mejorar el resultado, brindan apoyo en lugar de controlar, alientan la motivación interna, no comparan al niño con otros y son específicos y precisos.