Un vínculo traumático, es un vínculo formado entre dos personas que inconscientemente se unen entre sí en función de un trauma compartido, que en última instancia conduce a la traición relacional y la angustia. Comúnmente escuchamos hablar de vínculos traumáticos o de "empujar y tirar" como sinónimo del abuso narcisista dentro de nuestras relaciones adultas. Si bien esto suele ser cierto, la realidad es que los vínculos traumáticos no comienzan en nuestra vida adulta; son perpetuados en nuestra vida adulta.
Los vínculos traumáticos se aprenden como producto de un refuerzo positivo y negativo intermitente durante la infancia abusiva. Los niños que son elogiados por algo un día y castigados por ello al siguiente comienzan a navegar por su mundo como impredecibles e inconsistentes. Aprenden que su entorno es inseguro y que las personas en sus vidas no son confiables. Este tipo de situación puede condicionar a un niño a vincularse traumáticamente con padres abusivos, negligentes y narcisistas, y más adelante en la vida con parejas altamente narcisistas.
Cuando los valores narcisistas están en juego, es probable que un niño no aprenda ni reciba amor incondicional. Los niños criados en estas condiciones tienden a aprender que la "aceptación" se basa en su rendimiento, que la "validación" se basa en la búsqueda de aprobación (es decir, "agradar a la gente"), y que el "amor" es condicional basado en el refuerzo positivo y negativo. Los niños criados con estas expectativas pueden volverse retraídos, enojados o temer una mayor traición. Debido a este condicionamiento temprano, pueden estar en una mayor vulnerabilidad y predisposición a los vínculos traumáticos en sus relaciones adultas.
Cuatro señales de alerta comunes de vínculos traumáticos en la infancia, que pueden generalizarse a nuestras relaciones adultas, incluyen:
1. Condiciones de valor
Esto se considera un "valor" central de los lazos de trauma, donde nuestras necesidades básicas de confianza, seguridad, consistencia y pertenencia se intercambian por demostrar nuestro valor. Cuando las condiciones de valor están en juego, los padres o cuidadores narcisistas imponen condiciones poco realistas e inalcanzables a un niño y mueven constantemente los postes de la portería, preparando al niño para un fracaso constante. Cuanto más intenta el niño complacer a sus cuidadores, más se mueven los postes de la portería, lo que puede reforzar y fortalecer negativamente un vínculo traumático y el "empujar y tirar".
Las condiciones de valor pueden generalizarse a sentimientos de insuficiencia general y no sentirse "lo suficientemente bueno" en nuestra vida adulta. Debido a esto, puede afectar nuestro autoconcepto y nuestro sentido de autoestima. Podemos desarrollar temores de abandono o rechazo si creemos que no estamos a la altura de las expectativas de alguien. Podemos cerrarnos a las relaciones por completo por considerarlas demasiado amenazantes, o podemos encontrarnos pasando de una relación narcisista a otra tratando de demostrar nuestra valía.
2. Negar la realidad de un niño
Si un padre o cuidador niega o racionaliza su comportamiento abusivo, puede afectar el sentido de la realidad del niño. Los padres altamente narcisistas que no ven ninguna falla en sus acciones o niegan cualquier abuso pueden hacer que el niño se pregunte qué experimentaron o sobrevivieron. Cuando se niega la realidad de un niño, puede perder la capacidad de confiar en sí mismo, lo que puede generalizarse en una espiral de autosabotaje más adelante en la vida.
En nuestra vida adulta, el autosabotaje a menudo es el resultado de no poder confiar en nosotros mismos. Estos sentimientos pueden generalizarse en la incapacidad de confiar en nuestro propio juicio sobre las personas o en escuchar nuestra intuición. Como resultado, esto puede predisponernos a una relación poco saludable tras otra en la que continuamos sintiéndonos desconocidos, nuestras necesidades emocionales pasan desapercibidas y los vínculos traumáticos se sienten familiares.
3. Invalidación
Los niños que son invalidados en la infancia experimentan que sus emociones, sentimientos y necesidades básicas son ignoradas y descuidadas. Los padres pueden avergonzar al niño por sentirse triste, silenciarlo por tener una opinión o invalidarlo por tener necesidades de sentirse amado, seguro y querido.
Si tenemos antecedentes de haber sido invalidados en la infancia, podemos descuidar nuestro cuidado personal en nuestra vida adulta. Los adultos que luchan con estos sentimientos pueden descuidar su salud física, pueden desarrollar adicciones a las drogas o al alcohol para automedicarse o pueden tener antecedentes de parejas narcisistas que refuerzan negativamente sus sentimientos de poca valía.
Trauma Lecturas esenciales
4. Traición en la infancia
La traición es el tema subyacente en todas las relaciones unidas por trauma. En la infancia, la traición no suele manifestarse como "descartar" o "hacer ghosting", como a menudo vemos en las relaciones íntimas narcisistas. En cambio, la traición puede manifestarse como padres que abusan físicamente del niño y no se disculpan por sus acciones, o que hacen que su hijo crea que no es deseado o que no es amado.
En nuestra vida adulta, esta vergüenza tóxica que fue condicionada en nuestra infancia puede aparecer como una traición a uno mismo. Es posible que tengamos un historial de sentirnos atraídos inconscientemente por parejas que representan a un padre que abandona o abusa, o que refuerzan una ideología peligrosa de que necesitamos saltar por los aros para ser vistos u escuchados.
Alejarse del ciclo para siempre
Si estás experimentando un vínculo traumático o tienes antecedentes de relaciones narcisistas, el proceso de sanación puede ser muy doloroso y alejarte del ciclo puede parecer que te estás liberando de una adicción. La atracción hacia la persona puede ser abrumadora y hacer que la recuperación sea mucho más desafiante cada vez que se experimenta la "atracción". Cuando esto sucede, podemos quedar atrapados en el torbellino de recordar los "buenos tiempos" mientras descartamos el daño que estas relaciones hacen a nuestra salud emocional y física.
No estás solo, y la ayuda está disponible. Un primer paso sólido es la conciencia en el ciclo y cómo el refuerzo positivo y negativo han fortalecido una cualidad adictiva en la relación. Sin embargo, la conciencia por sí sola no es suficiente para superar un vínculo traumático. Debes saber que la aceptación también es un paso necesario para reconocer que los vínculos de trauma en nuestras vidas adultas recuerdan nuestro condicionamiento y heridas infantiles.